Montecarlo sufre una ola de inseguridad debido a la gran cantidad de robos y hurtos que viven diariamente los vecinos de la zona urbana. Según precisaron, hace seis meses la situación se intensificó y advierten que una de las causantes es la proliferación de lugares de acopio de todo tipo de metales, que no están legislados, donde muchos jóvenes e incluso menores venden aluminio y otros materiales que juntan de la calle. Sin embargo en los últimos tiempos comenzaron a llevarse otras cosas.
El concejal e integrante del grupo Vecinos en Alerta Montecarlo, Daniel Galarza, comentó a PRIMERA EDICIÓN que debido a esta situación se robaron cestos de basuras, cerraduras e incluso el portón del campo municipal de deportes.
“El bronce está en auge, cualquier canilla de cualquier casa que esté hacia la vía pública la rompen y la llevan, hoy el mayor inconveniente que estamos teniendo es el robo de cables, hay vecinos que han sufrido el robo del tendido eléctrico que baja a su domicilio hasta en dos ocasiones”, detalló. Esto, explicó, genera una pérdida económica muy grande para los residentes de las viviendas ya que la cooperativa local a cargo del servicio le cobra $5.000 por la reposición de esos cables.
“La cooperativa les hace un plan de pago de seis meses a los usuarios damnificados, otra cosa no pueden hacer, pero el robo de cable está a la orden del día. Te cortan la luz, suben al poste, te cortan los cables y se llevan los metros necesarios para poder venderlos en estos lugares no habilitados”, apuntó.
En este sentido, manifestó que “Montecarlo tiene una zona roja para el paso de estos delincuentes que comprende desde barrio Guairá, 17 de Octubre, Vista Alegre, 9 de Julio, llegando hasta barrio Las Flores, es una sola línea donde circulan estas personas llevando lo que sea”.
Galarza reveló además que “por el momento no se tomaron medidas aunque la Policía recepciona las denuncias al igual que el grupo de Vecinos en Alerta”.
“Tratamos de recepcionar las denuncias y de insistir o conocer quiénes fueron las víctimas para conseguir armar un mapa estadístico, graficamos las zonas afectadas pero la Policía y el Estado deberían contar con los elementos para llevar adelante las acciones necesarias que hoy no se dan”, señaló. Observó además que para revertir esto se requiere de “decisión política”.
“Son pocos efectivos, pocas herramientas, hay faltante de combustible, por día cada móvil patrulla entre 200 y 300 kilómetros, quizás contamos con muchos destacamentos pero no contamos con los efectivos policiales suficientes para cubrir todos los destacamentos, tenemos un centro de monitoreo de cámaras que no funcionan en la totalidad, se utiliza únicamente para constatar el delito cuando ya ocurrió y no para prevenirlo. Al momento de inaugurarse hace bastantes años había un oficial efectivo cada cuatro cámaras y hoy no hay nada”, recordó.