El contexto de vulnerabilidad y violencia en el que Horacelia Génesis Marasca transitó, junto a quien está acusado hoy de asesinarla a cuchillazos en el pecho, previa golpiza, fue remarcado ayer lunes 6 en la cuarta audiencia de juicio oral ante el Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial.
Más vecinos ratificaron en la sala de debate (de calle San Martín casi 25 de Mayo) que la menor de 16 años y madre de un bebé que en agosto de 2015 tenía siete meses, transitaba una relación de pareja con Martín Fernando Monzón (39) de episodios violentos.
Carolina Susana Monaje (47) reside en un departamento de la planta baja del edificio A de la chacra 150 de Villa Cabello.
En la vivienda lindante fue en la que Horacelia murió de tres estocadas con un cuchillo de carnicero. Una de ellas le atravesó el corazón, y luego con el mismo elemento su cuerpo fue descuartizado y descartado en bolsas de basura en varios puntos de la zona oeste de esta capital.
Ayer ante César Antonio Yaya, Gregorio Augusto Busse y Fernando Luis Verón, presidente y vocales del tribunal que juzga el “homicidio agravado por el vínculo”, la vecina reconoció que escuchó “discusiones y peleas” en su casa y que correspondían al hogar de Monzón y su concubina menor de edad.
Monaje resaltó que Horacelia “era muy jovencita para la edad de Monzón y ambos se la pasaban discutiendo”. También sostuvo que los vio en una situación de violencia en el pasillo frente al portón de entrada de su casa: “Los dos gritaban y ella le tiraba la ropa afuera. Otra vez también se quemó en parte. Me di cuenta por el olor y me acerqué a comprobarlo. Ella era agresiva pero muy jovencita también”.
Sin embargo, la testigo le amplió al fiscal Vladimir Glinka con dos frases cortas respecto al carácter o conducta de Horacelia: “Demostraba un amor de madre inmenso hacia su bebé. Le daba la teta y se preocupaba, no se separaba de su hijo en ningún momento, aunque fuera muy chica de edad”.

“Cuando Monzón apareció con ella en el edificio, nos llamó mucho la atención la diferencia de edad, ella era una nena. Nos sorprendió porque se notaba que era una nenita”, insistió Monaje de manera directa al Tribunal.
El defensor oficial 4, Miguel Ángel Varela, quien apadrina a Monzón desde que fue detenido por el femicidio en agosto de 2015, consultó a la vecina sobre los recursos que tenía Horacelia para comer, principalmente si la vio con hambre o pidiendo comida. “No sabía que pasara hambre. Sí sabía que ella todos los días retiraba comida del comedor comunitario del barrio”.
Por pedido del defensor, a Monaje se le exhibió el cuchillo secuestrado y que para el expediente es el arma que fue utilizada para cometer el crimen durante la noche del domingo 16 de agosto de 2015 y madrugada del día siguiente.
La pregunta al respecto apuntó a si el cuchillo que la testigo vio blandir a Horacelia en un incidente con Monzón en la vivienda de la pareja era similar al secuestrado.
La respuesta fue coincidente con la presunción de Varela respecto a que se trataba de un cuchillo en serie de mango de plástico blanco, de los utilizados para trozar o cortar carne.

“Discusiones, sí”
El primer testigo de la audiencia de ayer fue José Ignacio Romero (49), hoy expareja de Monaje. Sus respuestas fueron cortas y pocas pero remarcaron que entre Martín Monzón y Horacelia Marasca se replicaban las discusiones y conflictos.
“Se escuchaba que peleaban en el departamento. Pero también se escuchaba que estas peleas eran muchas. La verdad, ya no recuerdo mucho”.
Quinto día
Para este martes, a partir de las 8.30 la agenda de testigos podría completarse, aunque de la jornada de ayer restan respuestas solicitadas a la policía sobre el paradero de dos testigos que fueron notificados pero no se presentaron a cumplir con el deber judicial.
Se esperan sumar testigos a través de declaraciones con aplicaciones de internet y fijar para mañana miércoles el inicio de alegatos y la resolución del caso con el veredicto.