Cuando publicamos la nota sobre las comadrejas se convirtió en una de las más leídas de PRIMERA EDICIÓN.
Resulta que para muchas personas estos animalitos son muy feos y existe como un pensamiento general en su contra. Pero en la nota descubrieron que una comadreja es súper útil en el jardín porque es una depredadora natural de ectoparásitos no deseados como las garrapatas.
Una de nuestras asiduas lectoras, Gabriela Machado, nos contó sobre su experiencia con las comadrejas a las que ella prefiere alimentar antes que sacarlas de su gran patio. “Ellas aparecían en mi patio y noté que llegaban atraídas por la comida de los gatos, más que la de los perros. Así que les doy de comer”, contó como algo que le resulta muy natural.
A raíz de su contacto con estos animalitos es que puede contarnos que “son muy ariscas, no permiten que uno se acerque, les dejamos la comida y cuando me alejo se arriman a comer. Siempre vienen de noche, no puedo hacerles buenas fotos por ese motivo. Incluso un día sí pudimos ver una porque era una bebé, la rescaté, la tuvimos tres días y luego la llevamos a El Puma para que le den la atención que corresponde”, nos relató Gabriela en su carácter de persona responsable.
Ya advirtió el conocedor experto en animales regionales, Amado Martínez, que “no hay que matarlas”, que tenemos que aprender a convivir con ellas.
Una alternativa para no matar a estos animales que colaboran a mantener el ecosistema en equilibrio es atraparlas en jaulas y llevarlas a un lugar alejado donde soltarlas.
Aunque quienes se sientan atraídos por estos feos animalitos o lindos según la mirada de cada persona, pueden probar colaborar en su alimentación.
Gabriela por ejemplo nos contó: “Hace un año aproximadamente encontré una comadreja comiendo la comida de un gato de la calle que venía a comer a casa. Estuvo casi un año en mi casa y no la vi más. Dicen que solas no pueden estar, quizás sea ese el motivo. Ahora tengo tres, comen manzana que les encanta, también comen mango que busco por el barrio y papaya. Siempre de noche, no se dejan agarrar y meten miedo. A los gatos no les hacen nada pero los perros no las quieren y ellas tampoco”. Bueno, veremos cómo les va a ¡otros!
¡Gracias Gabriela por compartir!