Un hombre conocido como “Elías”, fue mencionado por tres personas en el expediente por el crimen de la comerciante y catequista Gladis Gómez (39), sin embargo, nunca fue investigado o citado, al menos para confirmar o descartar que haya participado en el robo seguido de homicidio.
A poco más de un año del hecho, perpetrado el 2 de marzo de 2022, fuentes del caso confirmaron que el individuo, cuyo apellido se reserva para no entorpecer el proceso investigativo vigente, salió de la provincia.
Lo más llamativo, es que el hombre señalado habría salido de Oberá al día siguiente al atraco donde dos delincuentes a bordo de una motocicleta se llevaron la vida de Gladis. Pese a ello, que esta persona desapareciera de la ciudad a 24 horas del mortal ataque no hizo que sonara ninguna alarma en los policías. Más teniendo en cuenta que apenas ocurrido el crimen, y por dichos de una denuncia anónima y de un informante policial, surgieron dos posibles autores. Desde entonces nadie volvió a tener en cuenta el nombre del misterioso “Elías”.
La primera vez que lo mencionaron lo hizo un “datero” policial, a quienes suelen recurrir los efectivos cuando sucede un hecho grave y no hay pistas a la vista.
Los informantes por lo general son criminales con antecedentes, que se mueven en el submundo de la delincuencia y a veces suelen “colaborar” con los uniformados.
En este caso no fue una excepción. El individuo que brindó información a los policías estuvo detenido por intento de homicidio en dos ocasiones -con arma de fuego y arma blanca- y él mismo lo dijo cuando brindó testimonio ante el juez instructor de la causa.
“Me pusieron presión”
En su declaración testimonial, a la que tuvo acceso este Diario, el informante policial afirmó “estuve con los dos jefes de la de la Unidad Regional (II) a los tres días que había pasado el hecho, me pusieron presión por M. (quien luego fue detenido) por un video que tenían de las cámaras de seguridad, a M. le reconocí en el video, me llamó la atención una remera del Barcelona que tenía, por eso lo reconocí, y el que bajó no le reconocí porque bajó de golpe y no enfocaba la cámara. Me preguntaron por un tatuaje de un trébol en el cuello y que era porteño y se me vino Elías, tiene ese tatuaje yo vi, y él andaba por la zona. Si sabía algo del arma, si M. tenía un arma o si tenía conocimiento, le dije que no sabía de eso”.
Cuando le consultaron por qué recurrió a él la Policía, el “datero” dijo que “los jefes de la Unidad saben que tengo antecedentes por intento de homicidio, dos tengo, uno con arma de fuego y otro con arma blanca, por el tema de las armas me fueron a buscar y hacía cuatro meses que había vuelto de Rosario”.
Luego el individuo “Elías” es mencionado por ambos imputados, como “de interés para la causa”, ya que escucharon hablar del mismo.
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“Tonada que no es de acá”
Recientemente fueron liberados por la Justicia los dos acusados que tuvo la causa durante un año. Fue porque no hubo evidencia concreta en su contra. Aún siguen supeditados a la investigación, pero si de algo se puede estar seguro es que eran lugareños. En cambio, una testigo afirmó que escuchó cuando la víctima, tras el ataque, llegó a decir que “en el lugar paró una moto, que iban dos personas, donde el acompañante que era una persona grandota, morocha, con casco color blanco quien tenía en su mano un arma de fuego, diciéndole esta persona con una tonada que no es de esta ciudad que le entregara toda la plata o sino le iba a disparar”. Voceros del caso indicaron que “Elías” podría tener acento porteño, debido a que se movilizaría mucho por Buenos Aires y que incluso podría estar residiendo en esa provincia.
Vale destacar que la Policía dijo que tenía otros datos aportados por la víctima, que el autor era “delgado, alto, tez trigueña, no pudiendo aportar datos en la motocicleta en la que se fue, solamente que le pareció que era una moto chica, similar a la 110”.
Respecto al llamado anónimo que dijo tener la Policía, se pudo establecer que daba muchos datos certeros respecto a identidades y se equivocó en cuanto al apodo de uno de los sospechosos ya mencionados.
Por otra parte, no se pudo obtener mayores datos de las filmaciones en el lugar y día del hecho. Cibercrimen estableció que ambos ocupantes llevaban cascos blancos y ropas oscuras.