En una mañana fría de fines de los ’90, con una intensa niebla que empezaba a levantarse y hacía presagiar que sería un excelente fin de semana, nos encontrábamos con mi amigo Pepe Zembruski preparando la Yasí Yateré para partir aguas abajo a pasar un fin de semana de pesca y campamento.
Minutos después, llegaron al club Yuli Vanscik y Roberto Sarjanovich, con los cuales teníamos pensado compartir la excursión. Luego de botar al agua a La Gallega -la lancha de Roberto-, partimos hacia la zona de la boca del arroyo Itaembé, dónde armaríamos campamento, tarea que por esos años no era tan simple puesto que las costas iban cambiando constantemente por el llenado del vaso de la represa de Yacyretá.
Llegamos y decidimos montar la ranchada en Punta Grande, donde ya había un lugar acondicionado por los pescadores que solían ir a esa zona. Mientras terminábamos de armar el campamento, Pepe se encargó de cocinar una carne encebollada con mandiocas en la olla negra y tras degustar el exquisito almuerzo, partimos a probar suerte a la zona de la boca del riacho de Carmen del Paraná, donde según comentaban los lugareños, se estaban dando buenas capturas de pirá pará.
Al llegar fondeamos contra los camalotales que se encontraban en el riacho, contra la isla, escenario ideal para la pesca que le gustaba hacer a Yuli. Apenas fondeamos, vimos a lo lejos que se acercaba una embarcación desde la zona de abajo, hecho que en un primer momento nos preocupó puesto que estábamos pescando en aguas jurisdiccionales paraguayas. Pero cuando se acercaron a nuestra embarcación, reconocimos que eran nuestros amigos carmeños a quienes conocíamos de los concursos que iban a compartir con nosotros en el club Pacú Cuá de Encarnación.
Ahí nomás y tras una breve charla, nos insistieron acompañarlos a su campamento que estaba montado frente al lugar donde estábamos fondeados y al cual se accedía pasando por debajo del puente ferroviario, situado en la boca del arroyo Caraguatá. A semejante invitación no pudimos negarnos, máxime teniendo en cuenta que nos comentaron que los amigos del frigorífico La Polaca estaban terminando de cocinar un lechón a la estaca y querían compartir con nosotros.
Conscientes de que en los ríos de la vida la mejor pesca es la amistad (y “los buenos asados”) hacia allá fuimos, sin saber que esa reunión de pescadores sería el epicentro del puntapié inicial para el nacimiento de un nuevo punto de encuentro para la familia pescadora de la región.
Y así fue que al llegar a la costa nos encontramos con una decena de pescadores y bajo un pequeño quincho mientras compartíamos el exquisito lechón, acompañado por unas jarras de tinto. En ese momento y ante esas excepcionales condiciones que tenía el lugar, vimos la oportunidad para realizar un encuentro de camaradería juntando a los pescadores lugareños con sus pares encarnacenos y posadeños. Para lograr esta juntada tiramos la idea de organizar un concurso de pesca con la participación de los tres grupos.
Ante el planteo de los carmeños sobre su falta de experiencia en la organización, ya que se trataba de un club que daba sus primeros pasos, tanto desde Pacú Cuá como desde el Pira Pytá nos ofrecimos a colaborar en todo lo relacionado a la fiscalización. A los pocos días nos contactamos con Omar “El Sapo” Ortiz, de Pacú Cuá y aunamos criterios.
Tras un par de encuentros posteriores entre los actores de esta historia, lechón de La Polaca de por medio, llegó el gran día del encuentro al que concurrieron media docena de embarcaciones del Pirá Pytá, una docena de representantes del Pacú Cúa y las embarcaciones de los anfitriones, conformando un grupo de 26 lanchas que dieron el marco ideal para la concreción de este Primer Concurso Internacional de Pesca Variada Embarcada del club de Pesca y Deportes Náuticos Tacuarí.
Transcurrieron varios años hasta que en el 2011 y con el avance de las aguas, aquel refugio de pescadores quedó en el recuerdo dando paso a la inauguración del nuevo predio ubicado en las orillas del pueblo Carmen del Paraná, donde hoy los hijos de aquellos muchachos de entonces siguen los pasos de sus mayores con en la promoción de la pesca y el conservacionismo como bandera.
Por Walter Goncálves