Cuando se habla de discapacidad inherentemente surge el planteo de la inclusión, y de todas las formas posibles para lograr una integración armoniosa e igualitaria entre los miembros de la sociedad.
Sin embargo, no es inusual que en ese afán de generar vínculos de igualdad se termine, una vez más, reforzando una diferencia, ¿por qué? porque se crean espacios específicos para personas con discapacidad, actividades destinadas sólo para esa comunidad y no pensadas en una inclusión efectiva que permita la interacción plena.
Por supuesto, hay que reconocer que en ocasiones es necesario puntualizar y tratar cada caso como corresponde, fijar ciertos márgenes, según la discapacidad y las condiciones de la persona para que se sienta cómoda en un ambiente adecuado. Pero en otras, existe la posibilidad de acortar las distancias y trabajar en pos de una convivencia homogénea.
Traslademos esta inquietud al derecho a la recreación y entretenimiento que tienen las personas con discapacidad, y demos un paso más preciso: los niños en esta situación ¿disfrutan de la misma manera que otros en las plazas infantiles? ¿pueden hamacarse, divertirse en distintos juegos y compartir con los demás niños?
La Cámara de Representantes de Misiones sancionó en octubre del 2022 la Ley N° XIX-81 de Entretenimiento Inclusivo, la cual establece la creación del Programa Provincial de Plazas y Parques Inclusivos, con el objetivo de generar espacios recreativos adaptados para personas con discapacidad, garantizando de esta manera la accesibilidad al juego y la distensión.
Esta norma es el broche de oro de un largo camino recorrido por la familia Coletti que tuvo la empatía y el compromiso de convertir una angustia personal en una iniciativa que hoy en día, de alguna manera, ha cambiado la vida de muchos niños con discapacidad en Misiones.
Ley N° XIX - 81 - Plazas Amigables
Abrir el camino
“Somos de Posadas, éramos 5 hermanos y Guido fue el único que nació con una discapacidad motriz severa, por eso usaba silla de ruedas. Cuando íbamos a una plaza a jugar veíamos que él no tenía un juego para disfrutar, a veces hasta nos sentíamos un poco culpables de poder divertirnos y que él se quede sentado. Entonces siempre estuvo la inquietud de mi mamá y mi papá de poder contar con un lugar accesible para todos”, recordó Antonella Coletti, en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN.
En relación al planteo introductorio, Antonella reconoció que en aquel entonces “había algunos lugares o institutos que tenían juegos, pero eran solamente para personas con discapacidad”, por eso, consideró que quizás la inclusión no era totalmente efectiva: “O sea, los que no tenían ninguna discapacidad podían ir a cualquier plaza, mientras que los que sí la tenían sólo podían asistir a algunos espacios”, argumentó.
Fue Sergio Coletti -el padre- quien, impulsado por el apoyo de su familia y no conforme con la falta de accesibilidad en parques y plazas de la ciudad para niños con discapacidad, se puso la causa al hombro y comenzó a investigar, buscar, estudiar qué se podía hacer, qué tipos de juegos debían haber, de qué manera lograr que Guido y otros chicos como él puedan divertirse sin restricciones.
“Él se comprometió mucho, incluso para romper un poco con el estilo tradicional de las sillas de ruedas de color oscuro, él le hizo una especial a mi hermano, con distintos colores, porque intentaba que de algún modo la infancia de Guido sea igual a la nuestra”, contó Antonella.

Finalmente en 2005 Guido Coletti falleció, y ese quiebre más bien fue un puntapié para que Sergio reafirmara su convicción de lograr algo que beneficie a todos los niños, niñas y las familias que saben y conocen cuáles son los obstáculos con los que implica vivir con alguna discapacidad.
“Pasó un tiempo y mi papá nunca dejó de buscar, de investigar. Nosotros éramos chicos y le decíamos ‘pero ya está’, porque Guido había fallecido y nos costaba entender esa situación”, contó la entrevistada, y destacó la respuesta de su padre, que aún recuerda con emoción:
“Él nos dijo ‘está bien Guido, no está más, pero el resto de las personas con discapacidad necesitan de estos espacios, para que puedan ir con su familia a recrearse’, y yo creo que de alguna manera esa fue la enseñanza que nos dejó, de seguir intentando”, añadió.
Explicó que en aquel entonces se contactaron con Sergio desde algunas empresas y ONG para consultar cómo debían ser las plazas, qué opciones había y otras cuestiones de estructura. Pero “pensando siempre en hacer una plaza aparte para personas con discapacidad, y no que esté integrada a las convencionales”, precisó Antonella.
En este punto, a buen juicio, aclaró que es usual que se den este tipo de situaciones de, no con malas intenciones, intentar generar espacios aislados, distintos, exclusivos, cuando en realidad se puede trabajar para garantizar una óptima inclusión. Por este motivo, marcó la importancia de asesorarse, escuchar a todos los actores y tomar decisiones con un panorama más claro. “Es entendible, sé que las personas no lo hacen con maldad, porque quien no experimenta esa realidad, la de vivir con una discapacidad o con un familiar en esa situación, no conoce todos los pormenores”, admitió.
Primer paso cumplido
Tres años después de la partida de su hijo, Sergio Coletti también falleció. Sin embargo, el compromiso y el trabajo que realizó en vida sembró la semilla que con los años vio surgir un proyecto definitivo.
El primer antecedente de una plaza inclusiva en Posadas fue el espacio adaptado que se encuentra al lado de la Iglesia Stella Maris, sobre la avenida Costanera. Desde el año 2009 -además de los juegos tradicionales- cuenta con instalaciones accesibles para niños con discapacidad. Esa plaza lleva por nombre “Guido y Sergio Coletti”.
“Lo tomo como un reconocimiento a todo ese trabajo impulsado desde cero. Nosotros continuamos con la iniciativa y así también fuimos informándonos y aprendiendo sobre cómo proceder con otros tipos de discapacidades, más allá de la motriz”, resaltó Antonella Coletti.
“Era la primera vez en su vida que se hamacaba”

Pasaron los años y la concreción de plazas inclusivas seguía gestándose y aplicándose poco a poco. En 2018 el espacio ubicado al costado de la Stella Maris fue puesto en condiciones y luego reinagurado, con juegos adaptados junto a los tradicionales.
“Cuando fue la reinaguración de esa plaza hubo un festejo por las infancias. Nosotros en el transcurso de estos años conocimos a muchas familias y niños, y uno de ellos es Enzo, que tiene una discapacidad motriz. Ese día él vino y nos dijo que ‘era la primera vez que se hamacaba’ y nos agradeció. Eso fue muy emocionante para el equipo y todos los que estaban siguiendo este sueño”, relató Antonella con orgullo.
En ese momento Enzo tenía 5 años y nunca se había divertido hamacándose. Desde entonces siempre va a los eventos y a diario tiene un espacio donde poder recrearse con su familia e interactuar con otros niños. “Él no conocía esta plaza y como no sabía que existía esta hamaca nos agradeció por invitarlo, porque tuvo la posibilidad de jugar en ella. En realidad, lo ideal sería que todos los niños y niñas con discapacidad sepan que cuentan con esta opción”, insistió la joven.
Luego de un largo camino recorrido, finalmente en octubre del 2022 la Legislatura sancionó la ley provincial que impulsa el Programa de Plazas y Parques Inclusivos, a partir del cual se espera que los juegos adaptados se incorporen a los distintos espacios recreativos en todo Misiones. “Es como ver el resultado del sueño que tenía mi familia y mi hermano, que ahora se concreta para todos. La ley le da un marco mucho más fuerte y amplio, porque a la hora de crear una plaza se debe tener en cuenta si o sí la incorporación de juegos accesibles. Por ejemplo, cuando veo que inauguran una plaza, ya incluyen estas adaptaciones”, celebró Antonella Coletti.
El compromiso es colectivo
La anécdota de Enzo es significativa y pone sobre la mesa la importancia que tiene la difusión, para que cada vez más familias que tengan niños con discapacidad sepan que cuentan con espacios accesibles en las mismas plazas que comparten con sus pares. Aunque todavía no están adaptadas en toda la ciudad y la provincia, durante los próximos años se irán reacondicionando como indica la norma y acorde a los distintos tipos de discapacidad.
“La provincia invierte mucho en el reacondicionamiento de parques y plazas; depende de la ciudadanía cuidar las instalaciones y respetar la necesidad del otro. Por ejemplo, a veces vemos chicos jugando o saltando sobre las hamacas adaptadas, pero no lo hacen por maldad, sino por desconocimiento. Entonces depende de las familias explicarles qué función cumplen esas hamacas, porque si se rompen ellos tienen otras para jugar, pero quienes tienen discapacidad se quedan sin su única opción”, explicó Coletti en diálogo con este Diario.
Esta historia reivindica el esfuerzo de aquellas personas que ante una causa noble y muchas veces motivadas por una inquietud personal, no dudan en ver más allá de su individualidad y se involucran, aprenden, ayudan. En síntesis, buscan llevar a la práctica ideas que quizás se conviertan en soluciones que garanticen el bienestar de otras personas. En este caso, facilitar el acceso a una infancia feliz con igualdad de oportunidades.
“El compromiso y el trabajo de cada familia en estas circunstancias para que un proyecto se haga realidad me parece fundamental. Pero también es indispensable que las personas que tienen alguna discapacidad, en la medida de lo posible, alcen su voz, den su opinión, y que las familias los acompañen. Porque quién más que ellos saben lo que viven día a día y cuáles son sus necesidades, entonces pueden darnos información y juntos podemos ver las formas de ayudar o cambiar algo”, reflexionó Antonella Coletti al final de la entrevista.
Hacia una inclusión efectiva: desde lo práctico a lo simbólico
Según establece el artículo 6 de la ley de Entretenimiento Inclusivo, los parques y plazas recreativas deben contar con una serie de adaptaciones específicas, a saber:
Rampas amplias que faciliten el acceso y la circulación; pisos de materiales antideslizantes; juegos infantiles adaptados; baldosas podotáctiles; senderos y recorridos libres de barreras arquitectónicas; señalética visual y sonora; cartelería informativa en formato macrotipo, de fácil lectura y comprensión, con código QR, pictogramas y sistema Braille.
En cuanto a la señalética, la norma también contempla la implementación de letreros identificados con el nuevo Símbolo de Accesibilidad Universal establecido por la Organización de las Naciones Unidas en el año 2015.
Ya no será admitida la conocida silueta de la persona en silla de ruedas. Por el contrario, el pictograma actual representa una figura humana universal, con los brazos abiertos, y simboliza la inclusión de las personas sin distinción de sus capacidades.
Plazas con juegos adaptados en Posadas
En la capital provincial hay al menos nueve plazas inclusivas, más bien, que cuentan con juegos adaptados para niños y niñas con discapacidad.
Pueden encontrar estos juegos en el sector lúdico de los Centros de Atención Vecinal (C.A.V); en la Plaza Infancia de la Chacra N°96; Plaza Ijuhala en Cocomarola Oeste; Plaza de la Infancia en Chacra N°33; en el sector de juegos del Jardín Botánico; en el Parque de la Ciudad; en la plazoleta ubicada sobre la avenida Sáenz Peña; en la Plaza San Martín y en la Plaza “Guido y Sergio Coletti”, ubicada al lado de la capilla Stella Maris, sobre la avenida Costanera.
Mientras que, según informaron desde la Dirección de Discapacidad de Posadas, hay proyectos vigentes para la implementación de nuevos espacios inclusivos: Plaza Deportiva en el barrio Acaragua; Plaza Infantil sector 4 de Itaembé Guazú, y Plaza Recreativa en Cocomarola Oeste.