Una herramienta puede ser un instrumento material que te facilite un trabajo pero también puede ser un ejercicio, una visualización creativa, una meditación, un movimiento corporal que también te facilite el trabajo de volver a tu centro.
Los ejercicios y técnicas aplicadas al bienestar y la salud en el momento exacto pueden convertirse en herramientas que te asistan para cambiar tu estado interno de inmediato en tiempo real, tiempo real es presente. Esto sería que, en tiempo presente, a través de una herramienta puedo modificar aquí y ahora algo del pasado o del futuro que me altera, modifica, angustia, oprime, retrasa, sujeta, etc.
Por eso, una herramienta bien utilizada nos puede dar esperanza, con ella podemos sentir un avance, un cambio, nos podemos sujetar a ella. Nos abre un campo de posibilidades.
No va a producir una sanación inmediata, pero nos va a acompañar en el proceso de sanación. Y al decir proceso digo ¡tiempo!
Una herramienta toma una experiencia que suele ser desagradable que nos produce malestar y la va a transformar en una oportunidad.
Es un ejercicio de visualización en tiempo real que haces en tu mente y produce un cambio de estado transformando tu conciencia.
Es un ejercicio de sensibilización que abre un espacio en tu cuerpo para volver a sentir.
Es una posibilidad.
Es un puente entre lo que entiendes que es el problema, su causa y la solución.
Una herramienta te vuelve a conectar con el poder interno perdido en la situación a resolver.
Una herramienta te trae desde ese lugar de dolor en el cual quedaste frizado sin poder avanzar.
Una herramienta es la ayuda que necesitabas recibir y no tuviste.
Una herramienta es el sostén que necesitaste de otros y no te lo dieron.
Una herramienta te enseña que ese sostén podés ser vos mismo.
Una herramienta te devuelve al momento presente.
Una herramienta te ubica en el autogobierno, ese que no nos enseñaron pero existe y hay que conquistarlo.
Una herramienta, ¿para qué sirve?
Una herramienta nos sirve para ayudar a otros una vez que nos hemos ayudado y conquistado a nosotros mismos.
Solo así podremos acompañar al otro en su camino, respetarlo sin interferir y permitirle que descubra, al igual que nosotros, su poder interno de sanación.
Solo así una herramienta se vuelve útil.