Los síntomas de agotamiento frente a la constante y elevada inflación no dejan de acumularse justo cuando comienzan a descontarse las semanas hacia las elecciones primarias y las generales, eventos que seguramente estarán impregnados del ánimo social.
Los consumidores argentinos van agotando las estrategias para recortarle distancia a la inflación.
Segundas marcas, o las propias de los mayoristas, consumo racional y otras medidas cotidianas agotan su efectividad empujando al 53,5% de los hogares (de acuerdo a datos de la CEPAL) a solicitar financiamiento, en la mayoría de las veces, a través de los canales informales que son los más caros.
Hoy más que antes, los consumidores van reacomodando sus preferencias y hábitos intentando no perderle pisada a las canastas que miden la pobreza y la indigencia.