Los alumnos de la Escuela Especial 5 de esta localidad presentaron junto a su docente, Paola Minigozzi, el proyecto de compostaje a base de yerba mate en la Feria Zonal de Ciencias. Hace más de un año que esta institución educativa inició el proceso de compostaje de yerba mate a nivel escolar, con la participación de todos los docentes y alumnos.
Y hace poco más de una semana, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizó una evaluación físico-química y confirmó que la calidad del abono orgánico logrado es muy alta.
“Estamos muy contentos porque no nos imaginábamos lograr esto desde la institución: completar el ciclo de la yerba mate, desde la semilla, su cultivo y, una vez usada, convertirla en fertilizante”, contó emocionada Minigozzi.
Una acción que generó ganas de aprender más
La inquietud de la docente surgió en marzo del año pasado cuando vio una compostera de yerba (Rosamonte) en un programa televisivo, “consulté sobre el tema y desde la empresa nos llamaron para regalarnos unas cajas para compostar en la escuela. Pero al no tener comedor, la escuela no genera basura orgánica (restos de verduras y frutas) por lo que decidimos hacerlo con yerba mate”.
Aunque fue complejo, lograron organizar el proceso de compostado a nivel escolar. “Enseguida comenzaron las preguntas e inquietudes sobre el compostaje de yerba mate pero, además sobre el cultivo de esta planta y la cultura en torno. Ahí nos dimos cuenta que en las escuelas no le enseñamos a los chicos sobre yerba mate. Entonces empezamos a enseñar y nos dimos cuenta sobre todo lo que está alrededor: empresas, tareferos, las comidas que acompañan su consumo, el mate cocido, cómo se planta la yerba y como es el origen”, señaló.
La docente recordó que “al principio, no entendíamos el proceso de compostado pero, a medida que lo fuimos desarrollando, sumamos una nueva mirada más integral y del cuidado del medio ambiente. Terminó siendo un proceso para trabajarlo dentro de las casas porque no genera olores”.
En cuanto a los alumnos, señaló que “fueron más responsables en cuanto al cuidado del medio ambiente porque desechan en la compostera y no en los tachos de basura. Hay un cambio de mirada en ese aspecto”.
Proyecto transversal
Si bien el proyecto fue en un primer momento solo el compostaje, enseguida se transformó en una propuesta más transversal.
“Comenzamos compostando y nos dimos cuenta que no solo teníamos que estudiar al residuo que quedaba de la yerba sino de dónde venía ese residuo, el cultivo, ¿por qué tomamos mate? ¿Qué comemos tomando mate? Toda la cultura alrededor de la yerba mate, para poder entender los residuos encubiertos o tapados que llegan a la planta de reciclaje y desde ahí obtener este producto”.
La docente precisó que continuarán con el proyecto “estamos a mitad del proceso, tenemos que llegar a fin de año, ver cómo funciona y seguir trabajando”.
El inicio de un cambio social
El objetivo del proyecto es enseñarles a cuidar el medioambiente a los niños. “Que identifiquen el circuito de los residuos orgánicos en sus hogares y puedan separar y hacer compostaje. Los procesos son lentos, pero a medida que avanzamos vamos a cambiar como sociedad”, reflexionó Paola Minigozzi.
La docente indicó que el proyecto es amplio y se mostró esperanzada de que siga “cruzando” lugares, que las propias empresas lo hagan como en los hogares, que sea superador en la región. “La idea es educar a los niños para cambiar la sociedad”, ratificó la docente.
Minigozzi indicó que “veníamos trabajando con las capacitaciones y desde el INTA vieron el progreso del proyecto, preguntaron si queríamos una evaluación físico química del compost de yerba mate de la materia sólida como del fertilizante líquido, le dijimos que sí, la respuesta es que se puede utilizar como enmienda orgánica.
El proceso continúa con evaluaciones, pero tienen un PH que pueden trabajar como enmienda orgánica entonces al agregarle a nuestros suelos que normalmente son ácidos levantaría el PH que dispondría nutrientes que normalmente no pueden asimilar las plantas o asimilarlos”.
Finalizó contando que el producto es “de buena calidad y es una enmienda que mejoraría la característica del suelo y permitiría la asimilación de nutrientes”.