Tras cuatro meses de pericias y testimoniales, el fiscal de Instrucción 6 de la Primera Circunscripción Judicial, René Germán Casals, solicitó el requerimiento a juicio oral del expediente por la muerte de un suboficial de la Policía de Misiones y las lesiones graves que sufrió su pareja al ser atropellados de frente por una camioneta durante la madrugada del 10 de febrero pasado en el barrio Los Patitos, sur de Posadsa.
El fiscal opinó que Carlos Alberto Bellitti de 38 años debe ser juzgado por los delitos de “homicidio culposo agravado” por el consumo de alcohol, negligencia, imprudencia y conducción antirreglamentaria, además de “lesiones agravadas”, todo en “concurso real”.
La resolución fue notificada durante las últimas horas a las partes y sólo restará la firma del juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, para que la defensa recurra a la Cámara de Apelaciones, escalón previo a que el expediente ingrese a uno de los dos tribunales penales de Posadas para fecha de debate.
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Ángel Silvestre Grance tenía 37 años y se desempañaba como sargento y custodia en Casa de Gobierno. Murió en el siniestro ocurrido sobre la avenida 79 casi calle 220 del barrio mencionado a las 0.55 del viernes 10 de febrero cuando una camioneta Ford F-100 colisionó la motocicleta en la cual circulaba acompañado por su pareja de 25 años.
Las primeras medidas del juez Balor fueron la de ordenar la autopsia pero también las pericias al conductor de la F100 y residente en el barrio Néstor Kirchner, hacia donde se presume que retornaba cuando se produjo el choque.
Cuando se confirmó que el test de alcoholemia le dio positivo al conductor, 1,94 gramos de alcohol por litro de sangre, quedó detenido por “homicidio culposo en accidente de tránsito”.
Bellitti declaró en indagatoria que, durante la trágica madrugada que protagonizó, la camioneta Ford modelo F100 que manejaba es naftera y que para ahorrar combustible y dinero transitaba por tramos de bajada o planos con el motor apagado y que no pudo reaccionar a tiempo para ayudarse con el motor para desacelerar, frenar y evitar la colisión contra la motocicleta que conducía Grance.
Con esa coartada Bellitti solicitó al juez de la causa su excarcelación. Por el contrario, la opinión formal del fiscal Casals fue la de rechazar tal beneficio ante la gravedad del delito y la instancia de la causa. Y que, cuando correspondiere, la caución o fianza para salir de su celda de comisaría sea real, en efectivo.
Pocas semanas después fue excarcelado bajo caución y restricciones, pero imputado provisoriamente por “homicidio culposo en accidente de tránsito”.
Los resultados forenses en la Morgue Judicial indicaron como causa de muerte aplastamiento de pulmón y espalda. La camioneta lo aprisionó contra el asfalto y su muerte fue instantánea.
El impacto tuvo la fuerza determinante para provocar el óbito mientras que su esposa, identificada como Malena Agustina Da Rosa fue llevada al Hospital Ramón Madariaga para las primeras intervenciones en el sector de Urgencias.
Versión familiar
Alberto Grance, hermano de Ángel Grance, sostuvo diez días después del choque que no se trató de un accidente y que Bellitti era vecino de las víctimas y constantemente lo amenazaba por ser integrante de la fuerza de seguridad.
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El también pastor evangélico apuntó que Ángel “fue asesinado por el vecino a quien ya lo habían denunciado por atacar la vivienda donde residía con su esposa y dos hijos, e incluso haber ingresado a robar múltiples muebles y electrodomésticos. No fue un accidente. A mi hermano lo atropelló y hasta le apedreó la casa. Lo insultaba por ser policía y lo amenazaba constantemente con que le iba a chocar la moto. Y lo hizo, no fue casual”.
“Salió y lo esperó en la recta, la única calle asfaltada por la que se entra y sale del barrio. Cuando mi hermano salió con la motocicleta y su pareja, que se iban a cenar al barrio A4 donde viven los familiares de su compañera, este violento que vive alcoholizado aceleró y no le dio tiempo a que lo esquivara Ángel, se cruzó y lo chocó casi en la banquina o vereda de la calle. La mujer de milagro sobrevivió”.
Las afirmaciones en sede policial no fueron avaladas, ni se hallaron evidencias sobre ataques y amenazas previas.