No tienes que alejarte de ti mismo, alíneate en todo momento con las leyes universales.
Busca siempre el mayor bien para el mayor número.
Vive permanentemente en tu centro así no entrará la malicia.
Aunque no puedas abarcar con tu mente el trabajo espiritual, no te preocupes, él tiene innumerables dimensiones.
Pon siempre por delante la buena voluntad en acción y te llevará al próximo paso a recorrer.
Espera siempre lo inesperado. Nada se puede controlar.
Espera lo inesperado y coopera con el fluir de la vida. Siempre está a favor de la luz y el amor.
Para eso se requiere limpieza y sanidad del propio sistema, una vez hecho y reparado en tu sistema podrás seguir adelante cooperando con otros seres de otros sistemas familiares.
Busca siempre estar atento y alineado.
El orden no tiene que ser solo externo.
Siempre es de igual medida adentro y afuera.
La limpieza y el alineamiento también, así se llega al equilibrio y la neutralidad.
Esto es una práctica de años, práctica que de a poco se convierte en una actitud, actitud que luego se convierte en una forma de vida así llegarás a ser espontáneo, la sincronicidad comenzará a aparecer en tu vida y luego podrás vivir dentro de las leyes universales amparado por el destino y el bien mayor.
No crees muchos conceptos a tu alrededor.
Que tu campo mental también se encuentre despejado, libre de condicionamientos y juicios, gustos o aversiones.
Únete siempre a lo más grande, lo trascendente.
Sé inclusivo y opera siempre desde el amor.
Amor en rectitud.
Libertad y expansión.
Justicia en rectitud y sin autoritarismo.
Siempre estate atento y vigilante para no quedar encarcelado por las limitaciones y mezquindades de la personalidad.
Recuerda siempre al yo soy porque tu eres yo soy y aquello lo es todo.
El todo más grande es aquello de donde todos nosotros (los yo soy) venimos.
Buen viaje.