El juez de Instrucción 3 de esta ciudad, Martín Brites, firmó la prisión preventiva para el acusado de asesinar y enterrar a su expareja, Jéssica Duarte (31), en un paraje de Andresito, indicaron fuentes del caso.
La calificación provisoria para el imputado, Juan Carlos Krizezuk (52), fue por “homicidio agravado por haber mantenido una relación de pareja y por mediar violencia de género” (artículos 80 incisos 1 y 11 del Código Penal Argentino).
Según surgió de la investigación, Jéssica fue llevada bajo engaños por su exconcubino a una chacra ubicada en el paraje Cabureí de Andresito, el miércoles 7 de junio pasado. Por tratarse del lugar donde trabajaba el sospechoso, el patrón llegó a verlos juntos. Esto sería clave más adelante, porque sería el último en ver con vida a la víctima.
Recién el domingo 11 su familia denunció su desaparición y la policía comenzó a buscarla. Por testimonios e indicios los uniformados llegaron hasta la propiedad donde tanto el ahora detenido como la mujer habían sido vistos.
En medio de un rastrillaje los uniformados primero hallaron una cartera y luego la motocicleta -ambas propiedad de Jéssica- y hasta una pala manchada con sangre. Todos estos elementos fueron partes del rompecabezas que condujo a los investigadores hasta el peor de los escenarios.
Hallazgo y reconocimiento
El lunes 12 de junio los efectivos encontraron el cuerpo de la mujer en dicha chacra.
Estaba envuelto con bolsas de arpillera, las mismas que se utilizan para las ponchadas de yerba mate. La autopsia realizada en la Morgue Judicial de Posadas reveló que la víctima murió por “asfixia por estrangulamiento”, posiblemente con un cinto.
Fue una de las hermanas de la mujer, de nombre Raquel, quien confesó que tuvo que reconocer el cadáver de Jéssica y que lamentablemente no tuvo dudas que era su familiar. Dijo a PRIMERA EDICIÓN: “Tenía puesta la misma ropa que el miércoles, cuando la vi por última vez. Estaba desfigurada, como que le molieron a golpes”, se lamentó.
Con el correr de las horas se confirmó que existía una causa judicial abierta contra el presunto femicida por violencia de género y que sobre el mismo estaba vigente una prohibición de acercamiento con la víctima, la cual no respetó.
Hace un año y medio y según relataron los familiares de Jéssica a este Diario, el hombre le propinó una golpiza luego de sorprenderla en su vivienda del barrio 2 de Junio de Andresito cuando ella ingresaba a la propiedad y por sentirse atemorizada cerró todos los accesos. Para sorpresa de la mujer, su exconcubino estaba dentro de la casa, quedando encerrada con el agresor.
Un contexto de violencia donde se encendieron muchas alarmas antes del desenlace trágico. Fue entonces que utilizando un ardid y a su propia hija como excusa, el presunto asesino citó a su expareja, con el objetivo -según creen los investigadores- de quitarle la vida.
Cita con la muerte
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Jéssica Duarte tuvo dos hijos, uno de ellos en común con Juan Carlos Krizezuk.
Aquel miércoles 7 de junio a las 14, Jéssica se retiró del domicilio de su madre, en el barrio Quintas Altas de Andresito. Dijo que iba a reunirse con su expareja porque tenía que firmar una autorización de viaje al exterior para la hija en común, o al menos esa fue la excusa del hombre para citarla.
En esas circunstancias se encontraron en el predio del empleador del acusado, ubicado en el Lote 14 Sección 2 Norte del paraje Cabure-í, de ese mismo municipio.
Según surge de la investigación, primero la agredió físicamente y luego apretó su cuello, tanto con sus manos como al parecer con un lazo semiblando hasta asfixiarla, conforme lo reveló el certificado de defunción suscripto por el Cuerpo Médico del Poder Judicial de Misiones. Acto seguido, el imputado ocultó el cadáver. Primero lo envolvió con bolsas de arpillera que se utilizan para cargar yerba mate y luego lo enterró.
Abandonó además la motocicleta de la mujer en cercanías al predio. Vale aclarar que cuando el patrón del sospechoso los vio juntos, no sospechó nada extraño porque era frecuente que ambos realizaran labores de tarefa en conjunto.
Por otra parte, la pala que fue hallada en un galpón del lugar y con la cual creen que el hombre excavó, se habría manchado con sangre de las manos del sospechoso o al entrar en contacto con el cuerpo de la mujer. El acusado estuvo prófugo hasta el martes 13 de junio. La policía lo ubicó y detuvo en el paraje El Verde, a 1,5 kilómetros de la frontera con Brasil y del cauce del río Iguazú. Estaba escondido en el monte y tenía 55 mil pesos en efectivo. Poco después intentó matarse en una celda, pero no tuvo éxito.