Desde el primer minuto de este lunes 10 de julio, se aplicará el primer tramo del “boletazo” que sufrirán los usuarios posadeños del transporte público, quienes comenzarán a abonar $70 el boleto único con SUBE o el código QR y $100 abonando en efectivo.
El incremento está avalado por el decreto municipal N°880/2022, que, como lo contó en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, autorizó una suba escalonada en cinco tramos del 200% en el valor del pasaje.
De esta manera, la de mañana será el primero de los tarifazos que se se vienen en el servicio. En agosto, con la tarjeta SUBE Misionera, SUBI o el código QR (todas de SUSA, la empresa Z) el costo será de $90. Sin alguno de esos sistemas electrónicos, el boleto aumentará a $120.
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El tercer boletazo llegará en septiembre, siendo desde entonces los precios de $110 (con SUBE o SUBI) y $150 (en efectivo).
Cuando llegue noviembre, se vendrá el cuarto incremento de pasaje de colectivos, hasta llegar a $130 con SUBE o SUBI; o $170 sin boleto electrónico subsidiado.
El año terminará con el 200% de aumento del boleto en relación a junio, cuando entre en vigencia el último “boletazo”. Con SUBE se pagará $150 y sin SUBE o SUBI a $200 por tramo urbano que se recorra.
Audiencia pública, en vano
En el decreto de la comuna posadeña solo se incluyó como una obligación para las empresas: construir 210 refugios para los pasajeros en diferentes puntos de la ciudad. El fundamento fue: “A los fines de mejorar la seguridad y el resguardo de los usuarios en los lugares de espera del transporte público, como parte de los compromisos de inversión fijados a las prestatarias”.
En un anexo del decreto 880 se fijaron los estándares y diseños únicos que deberán ser obligatorios en la construcción de los mismos. Casimiro Zbikoski SA deberá entregar 120 refugios; Nuestra Señora del Rosario SRL otros 10 ; Tipoka SA otros 60 refugios. Finalmente a Bencivenga le pidieron 20 resguardos.
Sin embargo, en la audiencia pública celebrada en el Parque del Conocimiento, los usuarios habían marcado múltiples falencias del servicio del Grupo Z, entre las que estaban la falta de frecuencias y la imposibilidad de acceder a la tarjeta Sube o de recargarla. Sin embargo, ninguna de estas cuestiones fueron contempladas por el Municipio a la hora de autorizar el boletazo.