Trabajos de investigación y operativos concretos de Aduana, permitieron detener a tres personas y secuestrar poco más de dos kilogramos de clorhidrato de cocaína en la cabecera argentina del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
Los procedimientos se registraron entre la tarde del viernes de 7 de julio y la madrugada de ayer y fueron aprehendidos tres ciudadanos paraguayos, con domicilio en Encarnación, confirmaron las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.
En cuanto al primer secuestro de droga, ocurrió a las 16 y fue individualizado un muchacho sospechoso de desplazarse como “mula narco” a bordo de un colectivo del servicio internacional de pasajeros.

Se lo revisó y detectó un paquete sospechoso debajo de la ropa, a la altura del pecho. Cuando lo requisaron por flagrancia delictiva hallaron un pan o ladrillo de la sustancia blanca con el sello característico a uno de los productores bolivianos que utilizan pistas clandestinas en el sur paraguayo para aterrizar avionetas con el estupefaciente.
El testeo preliminar de Aduana arrojó positivo a cocaína de máxima pureza. De inmediato se dio aviso al Juzgado Federal de Posadas, jueza María Verónica Skanata, quien ordenó la detención, incomunicación y puesta del infractor a disposición para ser indagado. Trascendió que se trata de un hombre mayor de edad, 30 años aproximadamente y a quien se le secuestró un teléfono celular para ampliar la investigación.
Según las mismas fuentes, los días siguientes los controles fueron con la misma rigurosidad y siguiendo varias pistas más.
Una de ellas dio fruto ayer a las 1.15 cuando en una de las casillas de controles de ingreso a Posadas fue interceptado un automóvil y revisado ante la misma sospecha de tráfico.
A bordo del Nissan, modelo de los años ‘90, viajaban dos jóvenes, presunta pareja. Ambos encarnacenos fueron invitados a descender del vehículo mientras los agentes aduaneros cumplían con sus tareas.
Una de ellas fue la de observar el interior de una cartera de cuero negro tipo bandolera con un peso que llamaba la atención.
Al abrirla hallaron un ladrillo idéntico al detallado y secuestrado el viernes. Con un peso de 1,052 kilogramos determinaron que se trataba de clorhidrato de cocaína cuyo valor ronda los 4,5 millones de pesos.
Los jóvenes paraguayos guardaron silencio respecto a la procedencia y propiedad del estupefaciente y también fueron alojados en celdas federales a disposición de la jueza Skanata por violar la ley 23.737, con la modalidad delictiva de contrabando y tráfico de drogas con fines de comercialización.
Sello de origen
El movimiento de drogas en la frontera no es novedad, sin embargo lo que generó sorpresa de los últimos secuestros fue la cantidad de cocaína, la calidad y que correspondían al mismo productor.
Los ladrillos con sellos no solo sirven para garantizar la calidad de la droga sino también cumplir con los clientes en cuanto al proveedor.
El ingreso en estos dos casos corresponde a la misma organización que utiliza el tránsito hormiga con “mulas” que no están destinadas al menudeo de Posadas.
Primero viajan al conurbano bonaerense u otros conglomerados de magnitud, donde están afincadas las cocinas para estirar el estupefaciente y comercializarlo, o el acopio de los ladrillos para su exportación al mercado internacional, principalmente Europa, donde hay mayor demanda y por consiguiente, valores mucho más grandes.