La renuncia como precandidato a diputado nacional de Franco Rinaldi, en la interna porteña de Juntos por el Cambio, pone punto final a una bochornosa falta de conducción política en el espacio de Patricia Bullrich. No fue suficiente un primer compilado de las declaraciones xenófobas y misóginas para haberle pedido la renuncia en la lista de Jorge Macri (primo del expresidente Mauricio Macri) que quiere llegar a ser el candidato a Jefe de Gobierno porteño.
Aparecieron ayer nuevas declaraciones del Rinaldi streamer con contenido antisemita y fue el propio candidato el que decidió bajarse, con la excusa de no querer complicar a Macri y Bullrich.
A pesar de que internamente hubo sectores del radicalismo y el PRO como la Coalición Cívica que pidieron retirar al youtuber de la contienda electoral, sus “padrinos políticos” lo respaldaron y sostuvieron a pesar de que el escándalo estaba en marcha.
Rinaldi tiene -lamentablemente- miles de seguidores con los mismos ideales. Será YouTube el que decida seguir dando aire al personaje o no; y la gente de seguir dándole audiencia o no.
Pero en la campaña electoral hacia las PASO y en ninguna otra, quienes aspiran a representar a todos los argentinos en cualquier cargo electivo, no pueden hacerlo mediante un “vale todo”.
Una vez más, como ocurre en la mayoría de los frentes y partidos, se termina eligiendo candidatos por fama que trasladen su popularidad en votos. Sin importar lo que dicen ni lo que transmiten.
Rinaldi no es el único violento, xenófobo, misógino y antisemita en una Argentina que busca terminar con las grietas para promover inclusión.