Transitar el puente San Roque González de Santa Cruz es una odisea diaria para aquellas personas que por diversos motivos, ya sean laborales, por turismo o salud, deben esperar hasta 12 horas en las extensas filas que se forman tanto en Encarnación como en Posadas.
PRIMERA EDICIÓN dialogó con algunos de los cientos que cruzan por día sobre el viaducto internacional por sus distintas vías, quienes deben sortear una especie de travesía imposible para poder entrar o salir del país.
El pasero paraguayo, Fernando Ávalos, contó que diariamente viene a Posadas en motocicleta o en automóvil y de las dos formas el paso es caótico.
“Los problemas en el cruce son todos los días iguales y es algo que no tiene solución, en moto tenés un mínimo de demora de una hora o dos para el cruce por el puente internacional, y en auto a partir de las tres o cuatro horas dependiendo de cómo está pero menos de tres es imposible”, detalló.
Sostuvo que las demoras son de ambos lados y que las autoridades de los dos países son responsables de esta situación.
“Venimos a hacer compras, hay trabajadores también que vienen desde Paraguay y también hay argentinos que cruzan para trabajar. Esto es algo que viene de hace muchísimo tiempo, no es algo nuevo”, sostuvo.
Asimismo, la vecina Marcela del barrio Fátima de Garupá manifestó que tenían intenciones de cruzar hacia Paraguay con el tren internacional para hacer compras pero que se encontraron con el servicio suspendido.
“Íbamos a volver después de cuatro años, teníamos la intención de hacer compras pero se complicó todo. Nos dijeron que los martes y jueves hacen mantenimiento en el tren así que volveremos en otra oportunidad”, sostuvo.
De igual manera los turistas de Salta, Rolando y Luisa, se vieron obligados a esperar el colectivo internacional debido a la falta del tren.
“Estamos intentando cruzar en ómnibus pero nos enteramos que hay manifestantes paraguayos cortando del otro lado, es un chiste esto”, expresó.
Contaron que querían cruzar la frontera para conocer y pasear por la vecina ciudad. “Vinimos para conocer Posadas, que está muy linda, y queríamos aprovechar para hacer Encarnación también”, apuntó la mujer.
Hasta $15.000 por adelantarse en las filas
Por su parte el vecino encarnaceno, Cornelio Alcaráz, que se encontraba dentro de su vehículo en la fila del lado argentino, indicó que hace media hora estaba esperando cruzar el puente internacional.
“Venimos para hacer compras y justamente hoy tuve una consulta médica, cruzamos a las 7 de la mañana, tardé unas tres horas en cruzar el puente, entre las 3 y las 7 de la mañana estuve haciendo fila”, apuntó.
Relató que suele venir a comprar mercadería debido a la diferencia favorable del cambio. “Acá nos sale todo mucho más económico que en Paraguay, por eso todos emigran para la Argentina en este momento”, sostuvo.
Y remarcó que “cuando se corta el puente hay que esperar porque no queda de otra”.
Reveló que el pago de coimas para adelantarse en las filas es algo común del otro lado. “Nosotros les decimos pirañas a la gente que viene, le habla al cliente, le dicen si quieren pasar rápido y le cobran. Muchas veces le cobran, desaparecen y sale perdiendo el cliente, porque se van como para cruzar, le dicen que no y ahí pierden su plata. Hasta 15 mil pesos le piden a la gente para adelantarse en la fila”, afirmó.
Manifestó que además de las pirañas, también están los policías, o los zorritos como se los conoce, a quienes le descubrieron cobrando coimas.
“Nunca tuve problemas del lado argentino, acá siempre respeté la fila, pero hay muchos paisanos que no. Hay gente que se cola porque les dejan pasar y ahí se arma el lío”, adujo.
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Tierra de nadie
La kinesióloga Perla Vergara de Garupá contó que ella trabaja en un consultorio en el vecino país y que todos los días debe cruzar la frontera.
“Cuando hay mucha fila de acá para allá, dependiendo de la cantidad de pacientes tengo alguien que me cubre”, acotó.
En este sentido, dijo que se recibió en Paraguay y como todavía no revalidó su título, todos los días se va hacia el vecino país para atender a sus pacientes. “Me voy a Paraguay en tren y para volver sí o sí me tienen que buscar en auto, porque hasta las 7.30 nomás tenemos tren internacional. Hay veces que llego a mi casa a la 1 de la madrugada y al otro día dependiendo de la hora que tenga pacientes tengo que volver, eso es todos los días, de lunes a viernes”, apuntó.
Precisó que del lado paraguayo había controles de la Policía nacional, desde la rotonda hasta el local comercial de Alaska en Paraguay, lo que ayudaba a que el tránsito fluya, pero que hace un mes aproximadamente se retiraron debido a las denuncias de coimas que se realizaron.
En consecuencia, la zona se convirtió en “tierra de nadie”. “Si hacés la fila como corresponde te comés entre 12 y 14 horas de espera, si encontrás algún conocido que te dé un lugar ahí son dos o tres horas de demora”, añadió.
Observó que la situación se agravó con la prohibición del tránsito estático sobre el puente internacional. “Ahora es una locura, a mi auto le chocaron la parte de adelante, la de atrás, es un desastre porque están todos desesperados por pasar. Después está el tema de Migraciones donde por la noche hay solo dos o tres casillas abiertas con la inmensa cantidad de personas que vienen del otro lado. El problema es de ambos lados, es una larga cadena donde terminamos pagando nosotros, los ciudadanos”, lamentó.