El maestro uruguayo Julio Manuel Pereyra, que desde hace seis años se instaló en Misiones con su escuela itinerante “Caminos de Tiza”, fue elegido entre los cinco ganadores del Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU).
Los otros cuatro premiados en esta edición 2023 son el Centro de Derechos Humanos “Viasna”, Bielorrusia; Julienne Lusenge, República Democrática del Congo; el Centro de Amman para Estudios de Derechos Humanos, Jordania; y la Coalición Global de organizaciones de la sociedad civil, Pueblos Indígenas, movimientos sociales y comunidades locales por “el reconocimiento universal del derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible”.
Esta distinción que la ONU inauguró en 1968 y se realiza cada cinco años, se entrega a personas y organizaciones que hayan realizado aportes significativos en la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Recibieron este premio internacional Martin Luther King en 1978, Nelson y Winnie Mandela en 1988, Estela Barnes de Carlotto en 2003 y Malala Yousafzai en 2013, entre otros.
“No sé quién me nominó”
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, este docente que dedica su vida a enseñar fuera de las aulas con el propósito de transformar realidades aplicando un sistema pedagógico de emergencia y que durante años recorrió numerosas comunidades Corrientes, Chaco, Santiago del Estero, contó que está “totalmente afincado” en Misiones, donde trabaja desde hace seis años.
Julio -que ya ganó otros siete premios internacionales- admitió que esta distinción que se dio a conocer a nivel global el jueves 20, “fue una gran sorpresa, ni siquiera sé quién me nominó ante Naciones Unidas porque solo puede hacerlo un Estado o una organización internacional”. Para recibirlo viajará a Nueva York (Estados Unidos) los primeros días de diciembre próximo y, según confió agradecido, “con pasajes y viáticos pagados por la ONU”.
Su anhelo es que este premio no solo le permita abrir puertas en todo el mundo para facilitar su trabajo comunitario, sino también en el Gobierno de Misiones donde, según precisó “en algunas áreas, como en Educación, estoy censurado e incluso hay dos docentes sumariadas por el Consejo General de Educación por la única razón de haber trabajado en el proyecto, pese a que formalmente figuren otras excusas relacionas a vicios de forma”.
Pese a esta situación, Julio elogió al Gobierno provincial por su política de innovación permanente, “aunque falta mejorar los mecanismos para llevarlas a todo el territorio provincial”.
Su trabajo de todos los días
El proyecto de la escuela itinerante nació 2013 en Paso de los Libres (Corrientes) luego de ver a los niños fuera de la escuela y buscando comida en el basural, porque comprendió que se necesitaba intervención educativa pensada en estos contextos.
Junto a la educadora Yanina Rossi, Julio se radicó en Misiones donde trabajan con catorce comunidades mbya y barrios, desde Roca a Andresito; generando propuestas junto a Centros de Atención Primaria de la Salud y Centros Integradores Comunitarios.
Según indicó, “trabajamos una pedagogía de la emergencia, donde priorizamos la fenomenología que les permite prevenir problemas concretos: el pique, la ura, el dengue, la pediculosis, les enseñamos a reconocer insectos y qué hacer si nos pican o los tocamos. También hacemos alfabetización inicial, apoyo escolar, estimulación temprana, psicomotricidad y comunicación alternativa para los niños con discapacidad. Además, trabajamos con los padres para que sepan usar un colchón antiescaras, un nebulizador, cómo mantener limpia una sonda nasogástrica o una valva… también conseguimos donaciones para los que necesitan estos elementos”.
Según contó, Yanina está abocada a la educación integral, “métodos anticonceptivos, higiene femenina, cómo denunciar violencia de género y cómo prevenir la trata de personas, entre otros temas”. Caminos de Tiza cuenta además con ropero solidario y biblioteca comunitaria.