¡Ah! ¡Qué profundamente placentera es la respiración profunda, suave y benéfica con que acompañamos y culminamos la práctica de Yoga! Ahora permanecemos sentados en la mat unos instantes, para luego tomar el librito donde buscamos la lectura habitual.
En la página señalada encontramos las sabias palabras del Maestro y Poeta Rabindranath Tagore con que finalizaba la lectura anterior: “nuestra individualidad, en razón de su misma naturaleza, tiende a buscar lo universal”, que ahora completamos con lo que sigue.
“La individualidad no es la verdad última del ser humano, porque hay en él lo universal”. Al liberarse de las ataduras del ego, “su mayor satisfacción es engrandecerse en la unión cada vez más total con el Todo, unión que no sería posible si no existiera una ley común a todos.
Descubriéndola y obedeciéndola es como nos engrandecemos y realizamos lo universal, pero si estamos en conflicto con ella sufrimos y nos agitamos en vano”, porque ahora sabemos que “la ley universal no puede vulnerarse, y este conocimiento nos hace fuertes pues esta ley no es cosa distinta de nosotros, ya que el poder universal que se manifiesta en ella constituye una sola entidad con nuestro propio poder”. Por eso “nos contraría cuando, en nuestra pequeñez, queremos ir en contra de ella, pero nos ayuda cuando crecemos y nos hallamos unidos con el Todo”.
Reflexionamos unos instantes sobre lo leído, recordando que Yoga significa unión y considerando las complejidades de la vida cotidiana y las duras circunstancias que afectan a los seres humanos en muchos lugares del mundo. Al retomar la lectura el Maestro nos respondía: “Nuestra vida del ego es la que provoca por doquier conflictos y complicaciones, falsea el equilibrio normal de la sociedad y suscita sufrimientos de todo género.
Al extremo de que para mantener el orden se recurre a artificios coercitivos y a formas organizadas de tiranía, que constituyen constantes humillaciones para la humanidad”. Pero en las páginas siguientes los consejos del Maestro nos confortarán. Namasté.