A pesar de que cruzar el puente internacional San Roque González de Santa Cruz es un calvario para miles de personas por las caóticas e interminables filas que se forman en el lado paraguayo del viaducto, el contrabando no se detiene. Este sábado, en un procedimiento de rutina, un grupo de agentes especializados de la Dirección General de Aduanas (DGA) procedió al secuestro de un cargamento de anabólicos valuados en más de 4 millones de pesos, que estaban escondidos en dos vehículos que intentaban ingresar a Posadas.
Según lo reportado la carga estaba distribuida en dos vehículos de matrícula paraguaya. Cuando el primero se acercó al puesto de control, el conductor –también de origen paraguayo- ante las preguntas de rutina de los inspectores respondió que venía a Posadas a “hacer compras”, sin embargo como presentaba “signos de nervosismo e incomodidad” levantó la sospecha de los agentes quienes decidieron realizar una “inspección más profunda del rodado”, y le indicaron que “abriera las puertas traseras y el baúl del auto”.
Fue allí que encontraron una gran cantidad de anabólicos, escondidos y disimulados con otros elementos en el baúl, guantera y el espacio debajo de los asientos. En total se descubrieron 300 ampollas de testosterona, 100 de metenolona y 3.00 comprimidos de estanozolol, todos diversos tipos de esteroides y anabolizantes, cuya valuación fue calculada en $ 3.622.110.
Una vez encontrada, el organismo aduanero secuestró la mercadería debido a que la cantidad y variedad hacía presumir que fue importada con fines comerciales, lo cual invalida su ingreso por la vía del régimen de equipaje. Además, los anabólicos carecían de la certificación correspondiente de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), sin la cual la importación de esta clase de productos está prohibida.
Poco después de la detección de esta mercadería, la Aduana secuestró otro cargamento de anabólicos bajo circunstancias similares. Al mismo puesto aduanero llegó una camioneta Mitsubishi Montero, cuyo ocupante –también de origen paraguayo- afirmó que iba a Posadas “a hacer un mandado” y que “no traía nada”.
Ante los mismos “signos de incomodidad” en las respuestas, se procedió a una inspección más profunda en la que se encontró -en el baúl y parte trasera del vehículo- cuatro frascos de esteroides inyectables y 440 comprimidos de distintas marcas de anabólicos, cuyo valor ascendía a $ 437.328.
Ante dicha situación, y bajo los mismos cargos que en el primer caso, la Aduana secuestró la mercadería en infracción tras dar aviso a la Justicia.