Ingerir alcohol cuando llega el 1 de agosto es común en muchos países europeos como Grecia, Italia, España y otros; la misma costumbre pero agregando al alcohol hierbas u otro tipo de vegetales es conocida también por esos pagos y en Sudamérica.
El investigador y folclorólogo Félix Coluccio señala en el Diccionario Folklórico de la Flora y la Fauna de América (Ediciones Colihue) que “la ruda es conocida como antiespasmódico y calmante pero (… ) su cultivo proviene más por ser una planta considerada que aleja la mala suerte”.
“Cómo agosto -dice Coluccio-, es un mes ‘aflojador’, es bueno que para el 1 y el 2 de ese mes se beba algo alcohólico con hojas de ruda para recuperar energías y enfrentar la flojera”.
Caña con ruda: ¿tradición del litoral, herencia guaraní o panacea universal?
Influye mucho eso de que “julio los prepara y agosto se los lleva” en referencia a los enfermos que se van agravando en el mes de San Fermín y San Pantaleón.
Luego vienen las investigaciones o los conocimientos pueblerinos, algunos desde la boca de las curanderas y los “hueseros” y “vencedoras” y otros directamente desde la tradición oral, entre las cuales la más tenida en cuenta es la de la ingestión de “siete traguitos de caña en la que se ha macerado un ramo de ruda macho” el 1 de agosto.
La ruda en Misiones, parte de Corrientes y Chaco y Formosa se bebe con su clorofila diluida por maceración en caña fuerte o guaripola. La dosis “canónica” es de 7 traguitos en ayunas el 1 de agosto, aunque el devenir de los tiempos la haya reducido a los tres popularizados actualmente.
Caña con ruda: tres traguitos para espantar todos los males
La licenciada Julia Norma Catalano asegura en su libro “La caña con ruda” que el método es bueno en general, pero “en el caso de hipertensos conviene consultar al médico”. Y advierte que “tres tragos son de valor terapéutico, más de eso puede producir acostumbramiento”.
Igualmente, fallando la ingesta de ese día, se puede “recuperar” haciendo una “terapia” de “todos los lunes de agosto”.