Hemos finalizado la práctica de Yoga. Luego de la meditación permanecemos sentados en la mat respirando suave y profundamente y tomamos el librito para buscar la breve lectura habitual.
En la página señalada reconocemos las sabias palabras del Maestro y Poeta Rabindranath Tagore con que habíamos completado la lectura anterior: “Nuestra vida del ego es la que provoca por doquier conflictos y complicaciones, falsea el equilibrio normal de la sociedad y suscita sufrimientos de todo género”.
A continuación nos recuerda: “Ya hemos visto que nuestra fortaleza proviene del reconocimiento a las energías universales, percatándonos de que somos parte de ellas”. Por eso, “cuando alcanzamos ese estado en que nuestra limitación se ajusta cabalmente al infinito, el dolor pasa a ser el fiel contraste que justiprecia el verdadero valor de nuestra dicha”.
Así, “la lección más importante que podemos aprender en la vida no es la de que en el mundo existe el dolor, sino que depende de nosotros mismos aprovecharlo para transformarlo en alegría, ya que el dolor es un verdadero mal solo cuando invocamos su ayuda para satisfacción de nuestro ego porque para los seres imperfectos que somos, el dolor es el peaje que pagamos por todo lo que tiene valor en nuestra vida: poder, sabiduría, amor”.
Pero debemos considerar que “la libertad del ser humano no consiste en evitar dificultades sino en afrontarlas por su propio bien, transformándolas en un elemento de alegría. Y esto es posible cuando comprendemos que el dolor es el símbolo de la posibilidad infinita de perfección y que nuestro yo individual no es la significación más alta de nuestro ser, porque en nosotros tenemos al ser cósmico, inmortal, que no teme al dolor ni a la muerte sino que ve en el dolor un nuevo aspecto de la alegría”.
Cerramos el librito y emprendemos el regreso a la cotidianidad teniendo muy en cuenta las sabias enseñanzas del Maestro. Namasté.