Lejos de los ruidos urbanos del casco céntrico de la capital provincial, Marcelo Ferreira decidió levantar su casa y taller en el barrio Porvenir, donde da rienda suelta a su oficio y pasión: trabajar la madera. Allí, crea distintas piezas que transforman su vivienda en una gran sala de exposición.
Ferreira, quien es un trabajador apasionado por su oficio, encuentra en la madera su lienzo y su herramienta, creando obras que fusionan la artesanía tradicional con la energía viva de la naturaleza. La madera es su musa y su desafío. Desde la ebanistería hasta la escultura, sus creaciones nacen de una fusión entre la esencia natural de la madera y las formas caprichosas que adopta en la ciudad. “Un arboretum con más de 100 especies de árboles” se convierte en una estación de madera, una respuesta a la urbanización que amenaza con arrebatar los árboles de la ciudad.
La obra de Marcelo trasciende los límites de lo convencional, abrazando desde las cucharas con las que arrancó el oficio hace varias décadas, hasta tallar bajos relieves, muebles y puertas, y las recientes incursiones en la creación de bachas para baño o cocina, las que se pueden hacer a medida.
Su versatilidad es un reflejo de su deseo constante de mantener viva su imaginación, de no permitir que la rutina apague la chispa creativa. En cada pieza que crea, en cada rincón de su taller que comparte, Marcelo Ferreira lleva consigo la esencia misma de la madera, el arte y la pasión.
Su historia es la historia de la madera esculpida por la vida, de la creatividad que florece en las manos de un artesano apasionado y del Porvenir que guarda los secretos de sus creaciones.