Un grupo de investigadores de la localidad de Montecarlo trabajan en la investigación de control de plagas que afectan a los cultivos de la yerba mate. A raíz de esta investigación brindaron un taller para compartir los descubrimientos con productores de la región, a través de una capacitación teórica-práctica organizada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, en Colonia Laharrague.
En el mundo de la yerba mate, plagas y enfermedades han emergido como retos cruciales para los cultivadores. Es por ello que, la lic. en Genética y doctora en Ciencias Naturales, María Elena Schapovaloff, explicó a Eco&Agro el trabajo que realiza con su equipo de trabajo, explorando las plagas más devastadoras y las estrategias de control que están siendo aplicadas.
Una de las plagas más temidas es el “Rulo de la yerba mate”, una pequeña chicharrita con el nombre científico Gyropsylla spegazziniana. Esta criatura minúscula, aunque diminuta en tamaño, puede causar estragos significativos. El “Taladro de la yerba mate”, conocido como Hedypathes betulinus, es otro enemigo temible. Este insecto excava galerías en las ramas y troncos de la yerba mate, obstaculizando el flujo de nutrientes esenciales y debilitando la planta hasta su muerte.
En ciertas condiciones, la “Marandová de la yerba mate” (Perigonia lusca), o la oruga rabuda, emerge como una amenaza esporádica pero devastadora. Esta pequeña larva de mariposa se alimenta vorazmente de las hojas de la yerba mate, causando daños considerables en su camino.
Schapovaloff destacó la diversidad de estas plagas y su relación con diferentes estaciones del año, lo que exige enfoques de control específicos.
En el caso del “Rulo de la yerba mate”, el Dimetoato es el único insecticida registrado en el SENASA. Sin embargo, para el “Taladro” y la “Marandová”, la falta de insecticidas registrados en SENASA lleva a un enfoque alternativo.
La estrategia de control biológico se alza como una opción valiosa en la lucha contra estas plagas. El equipo de trabajo dirigido por la Dra. Schapovaloff se centra en este enfoque, haciendo uso de enemigos naturales. Un aliado clave es el hongo entomopatógeno Beauveria bassiana.
Estos hongos, encontrados en la naturaleza, son recolectados y reintroducidos como una herramienta para controlar las poblaciones de plagas. Con dos fases en su ciclo de vida, estos hongos se transforman en una fuerza efectiva contra las plagas en la yerba mate.
La importancia del control biológico se destaca en su capacidad para alinear las prácticas agrícolas con la sostenibilidad ambiental. Además, este enfoque responde a la creciente demanda por productos orgánicos y agroecológicos en el mercado.
“Buscamos soluciones sostenibles”, enfatiza la Dra. Schapovaloff. Junto con los hongos entomopatógenos, otros recursos naturales encuentran su lugar en la estrategia.
El “Neemazal”, basado en la Azadirachtina, se presenta como un producto botánico 100% natural. Además, minerales como la “tierra de diatomeas” también encuentran su papel en este enfoque de control alternativo.