Durante años el padrastro abusó sexualmente de una menor con el consentimiento de la madre de la víctima. Además, la progenitora entregaba a la niña a otros hombres en un intercambio sexual por dinero o mercaderías. Ayer ambos debían sentarse en el banquillo pero solicitaron abreviar el proceso.
El acusado tiene 34 años y fue llevado por efectivos del Servicio Penitenciario Provincial al Tribunal Penal de Oberá, para que firmara el acuerdo de juicio abreviado.
Llegó imputado por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado varios hechos, amenazas y abuso sexual en grado de tentativa, varios hechos”.
Aceptó una pena de 12 años de prisión efectiva, que fue presentada a los jueces para el análisis y homologación.
En el caso de la mujer, ella tiene 30 años y se encuentra con prisión domiciliaria, beneficio que le fue concedido para que pudiera cuidar a sus demás hijos.
Fue trasladada a la fiscalía, donde firmó el acuerdo entre su defensa y el Ministerio Público. Firmó una pena de diez años por los delitos de “facilitación de la prostitución agravada y partícipe necesario del delito de abuso sexual”.
Este otro acuerdo de juicio abreviado también quedará a disposición de los magistrados del Tribunal. Luego de analizarlos, en caso que haya conformidad homologarán formalmente las sentencias.

Al momento de la denuncia la menor tenía 14 años y al menos desde que ella tenía ocho comenzó a ser sometida sexualmente por su padrastro.
La víctima se animó a librarse del temor y del calvario que sufría en julio del año 2020. En un barrio de San Vicente que no se menciona para preservarla de la revictimización, ella fue perseguida por su padrastro con un rifle en mano y que le exigía regresar a la casa. Había intentado escaparse de otra situación de abuso.
Si bien llegó a amenazarla con un cuchillo para someterla sexualmente, la madre tampoco habría hecho algo para impedirlo. Inclusive frente a ella ocurrían los abusos. En las primeras veces que comenzaron los hechos, la mamá no le daba importancia cuando le niña le contaba que el hombre la había tocado. También la pequeña fue sometida a golpes tanto a manos de su progenitora como del padrastro abusador.
Los vejámenes no ocurrían solamente en esa vivienda familiar, también en otro inmueble de San Vicente. Según el expediente, la madre supuestamente iba de visita a otra casa, pero lo habría hecho para que otros hombres abusaran de su hija a cambio de dinero o mercaderías.
Esto ocurrió hasta que una tía fue la confesora de la víctima. Le contó lo que sufrió y la mujer denunció todo en la Comisaría de la Mujer de San Vicente para esclarecer lo sucedido.