El juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú , Martín Brites, realizó la audiencia indagatoria para los jóvenes de 21 y 23 años detenidos como sospechosos de abusar sexualmente de una joven durante un asalto.
En el caso del mayor, quien habría sometido a la empleada, guardó silencio y fue imputado por “robo y abuso sexual con acceso carnal”. Su cómplice optó por declarar y negó el hecho, aunque fue notificado de la misma imputación, entendiendo que para que se concrete el abuso, su accionar de “campana” fue clave.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, el hecho ocurrió el lunes 9 de octubre alrededor de las 5 cuando la mujer de 30 años acomodaba unos elementos en el kiosco 24 horas donde trabaja, situado sobre avenida Bonpland de Puerto Iguazú.
En ese instante fue abordada por dos delincuentes a cara tapada con abrigos y gorras quienes le exigían la entrega de dinero a punta de pistola. La víctima le explicó que no había mucho dinero por el horario por lo que uno de los maleantes la obligó a ir al baño en el sector posterior del local en donde la accedió sexualmente.
De acuerdo a las pesquisas, sería el joven de 23 años mientras que su cómplice de 21 vigilaba que no entrara nadie al comercio. Los dos fueron aprehendidos a las pocas horas de que la policía tuviera conocimiento del suceso y la empleada fue asistida en el hospital local.
La mujer confió al momento de radicar la denuncia que cuando uno de los delincuentes la sometía, alguien golpeó la puerta del baño y eso distrajo al maleante, oportunidad para que ella escapara a pedir ayuda. Supuestamente el que golpeó la puerta era el cómplice del abusador ya que habría registros de cámaras de seguridad de la zona de que se fueron juntos del lugar con una poca suma de dinero.
Un sereno de otro comercio fue quien llamó a la policía al encontrarse con la víctima desesperada en la calle. En ningún momento la mujer pudo ver el rostro de los delincuentes ya que usaban abrigos con cuello que les cubría la boca y ambos tenían gorras.
Inmediatamente al arribo policial, la víctima recibió la asistencia con el protocolo de salud para casos de abuso sexual en el hospital y luego radicó la denuncia en la comisaría de La Mujer de la UR-V.
Respecto a la detención de los sospechosos, había indicios de que eran de la zona y por imágenes de cámaras de seguridad de otros negocios, más lo aportado por la mujer, obtuvieron las características físicas, puntualmente la de uno de ellos, quien fue atrapado a media mañana de ese día.
Su presunto cómplice luego fue detenido en un barrio cercano al lugar del hecho. Secuestraron prendas de vestir que coincidirían con las utilizadas al momento del hecho durante una serie de allanamientos dispuestos por el juez Brites.