Restan apenas horas para la contienda electoral que definirá el futuro del país en el corto y mediano plazo. Y gane quien gane y cualquiera sea la forma (primera vuelta, balotaje) a todos nos queda claro que el país será otro.
Frente a semejante contexto nadie es indiferente y todos se cubren. En vista de los controles y la fluctuación de su valor, hasta las cuevas en las que se negocia el dólar paralelo cerraron sus operaciones. Los empresarios, muchos de los cuales ya atravesaron y sobrevivieron a diferentes crisis, toman recaudos para evitar un shock.
Otros iniciaron la semana advirtiendo a sus clientes que los pagos debían hacerse al contado y como máximo a siete días.
Muchos productos importados directamente salieron de oferta y lo que quedaba en stock se guardó para evitar malvender.
“El que se quemó con leche ve la vaca y llora”, se repite una y otra vez como un mantra de un país que sabe de crisis y de elecciones complejas como las que se desarrollarán el domingo. Todos se cubren incluso más allá de los favoritismos que, como enseñanza de las PASO, no aseguran nada.