Honra cada persona que la vida pone en tu camino. Nunca deben importar las circunstancias tan solo el aprendizaje y el profundo cambio interior que sucede en ti.
Ama cada experiencia y cada momento, aunque ahora no entiendas muchas cosas, simplemente confía, agradece y ama.
La vida siempre pondrá justo delante de ti aquello que necesitas para seguir creciendo.
Cuando aceptas a los demás, tal y como son, has empezado a aceptarte a ti mismo. La noche se acaba, comienza el día.
Tu día será distinto, tu manera de percibir a los demás cambió y la manera en la que los demás te perciben también. Nosotros somos el cambio, si no cambiamos por dentro, el exterior no cambia.
Si empiezas a aceptarte tal y como eres, empiezas a amarte, ya no hay lucha, no hay conflicto, todo fluye. Normalmente queremos solucionar el problema, pero no queremos cambiar y así no se puede, el problema está en nosotros y la solución también. Vive como te gusta a ti, que la vida es demasiado corta para vivir como le gustaría a los demás. Aprende a estar presente, en el aquí y el ahora, no dejes que tu mente divague.
Nunca estamos en el ahora, siempre nos perderemos en preocupaciones que nuestra mente no puede solucionar y nos quitan la paz.
Lo más importante en la vida no es lo que hiciste o dejaste de hacer, porque ya pasó y esto no puede ser cambiado. Lo que realmente tiene importancia es lo que aún no has hecho. Céntrate en el momento presente, ve belleza en todo porque todo tiene belleza.
Acepta lo que hay en tu vida, no aceptarlo te hace sufrir.
El cambio es interior no exterior.
Deja de exigirte y de juzgarte, así no arreglas nada.
Trátate como quieres ser tratado y no permitas que te hagan lo que tú no harías.
De: El viajero del tiempo por Lidia Petruf.