Desde el viernes de la semana pasada, investigadores de varias dependencias de la Policía lo buscaban para aprehenderlo y ponerlo a disposición del juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte. Finalmente el martes pasadas las 21 y en su vivienda del barrio Villa Urquiza de esta capital, fue detenido el profesor de danzas urbanas y ex funcionario del Estado provincial denunciado por una ex alumnas de acoso directo y digital (grooming), maltrato y posibles episodios de abuso sexual.
El denunciado por una joven de 18 años el viernes 27 de octubre, fue trasladado a la Comisaría de la Mujer Centro de la Unidad Regional I y luego alojado en una celda con vigilancia que se mantiene en reserva, de acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN. El profesor de danzas urbanas tiene 43 años y fue retirado sin resistirse de su vivienda de la calle Félix Bogado en el tradicional barrio posadeño.
Durante las últimas horas en tanto, se sumaron testigos y denunciantes por hechos similares que lo apuntan como sospechoso de los delitos contra la integridad señalados.
Voces judiciales indicaron a este Diario que son cinco los testigos que se sumaron a la acusación y una víctima más. De manera paralela se radicó otra denuncia que apuntaría a la misma persona.
En cuanto al sumario judicial preventivo (202/23), se confeccionó a partir de la denuncia en la Comisaría de la Mujer y se solicitó la intervención de efectivos de la Dirección Cibercrimen para recolectar evidencias, testimonios y pruebas que surgieron de los relevamientos digitales.
Con el avance de la investigación el juez Monte decidió llamar a indagatoria para este jueves al detenido y determinar los pasos a seguir. Mientras se lo buscaba para aprehenderlo, su abogado habría solicitado una exención de prisión, procedimiento al que le restaba la opinión del fiscal de Instrucción 2, Christian Antúnez Nerenberg, pero que ahora perdería trascendencia ante la confirmación de la ubicación y detención del sospechoso.
Como lo adelantó este medio el sábado pasado, ante autoridades de Cibercrimen la víctima de 18 años sumó archivos digitales y testigos, entre ellos, a un directivo del colegio secundario al que asistía y que en 2021 y 2022 la acompañó con asesoramiento y contención cuando pidió ayuda ante los hechos de acoso que se encuadrarían en grooming y los maltratos y actos que podrían investigarse como delitos contra la integridad sexual.
También sumó datos para contactar a otra posible víctima. En este caso se trataría de actos cometidos en 2019 pero que coinciden en que la involucrada era menor de edad, tenía 16 años, y que fueron cometidos bajo la hegemonía que ejercía como instructor o profesor de danzas urbanas y dentro del espacio físico de su academia particular.
Excompañeras de colegio de la denunciante, también se sumaron a la lista de testigos que acreditarían momentos, tiempos, lugar y circunstancias de lo que padeció durante poco más de dos años.
Entre las repercusiones que generó el caso, el jueves 2 de noviembre el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, firmó el desplazamiento del profesor de danzas del ámbito del Ministerio de Cultura, en el que se desempeñaba como presidente del Instituto Provincial de Danzas, creado en marzo de 2022.
La joven relató en la publicación del mismo día que el profesor “a principio de 2021 comenzó con los mensajes pero con mensajes como que me quería ver crecer y brillar en el baile. Lo más raro comenzó en mayo de 2022 cuando vino un profesor de otro país a dar clases en la academia y yo no podía ir. Entonces le consulté si no había otra posibilidad de tomar la clase y ahí me dijo que sí, pero de manera particular con este profesor solo y acepté. No hubo problemas pero él (denunciado) se puso celoso y comenzó a pedirme que fuera a clases sola con él. Ahí me di cuenta de todo”.
“Lo peor empezó cuando me pedía clases particulares en su casa. Yo no quería pero también pensaba que me lo pedía como profesor nada más. Sola trataba de convencerme que no lo hacía con otra finalidad, pero era otra la intención a la 1 de la madrugada con mensajes insistentes de ‘dale vení, vení a mi casa’”.