Antes de partir a los Estados Unidos, el presidente electo Javier Milei, anticipó que enviará al Congreso nacional un paquete de leyes para comenzar a implementar sus reformas estructurales, en base (en gran medida) a sus propuestas de campaña que lo convirtieron en el presidente más votado desde el retorno de la democracia.
Es decir que, desde diciembre, el escenario de lo que pueda o no hacer Milei de su plataforma dependerá de los consensos y los votos que consiga La Libertad Avanza.
No será un trámite. El espacio político del electo mandatario nacional no cuenta con mayoría y, por el contrario, va a depender de acuerdo con Juntos por el Cambio como del peronismo y los partidos provinciales.
Allí, los gobernadores seguramente harán valer cada escaño conseguido en las últimas elecciones generales. Y será donde realmente se comience a ver la capacidad de negociación del Gabinete y de los líderes parlamentarios que el futuro oficialismo ponga a trabajar en el Congreso nacional.
Entre las reformas, se apuntará a una laboral. Y los gremios estatales ya se han declarado en estado de alerta y movilización por los recortes en personal que se fueron anunciando a través de los funcionarios nominados por el nuevo presidente de la Nación.
Es decir que LLA tendrá varios frentes abiertos en los que deberá poner todo el esfuerzo desde el arranque del mandato. Es un riesgo porque, si sale mal la jugada política, la oposición mostrará el poder de fuego para limitar las pretensiones de Milei y sus ministros.
Pero, si convence a las mayorías en el Senado y Diputados, saldrá fortalecido y con el respaldo de poner en marcha sus programas de gestión. Algo que políticamente es muy necesario para cualquier Gobierno que se inicia.
Desde diciembre, el Congreso será observado más que nunca.