Fue ratificada la elevación a juicio oral del expediente por el homicidio de Josías Galeano (15). La Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones rechazó el martes el recurso de la defensa del único imputado, Rogelio Andrés “Koki” Texeira (26). La resolución correspondió a la sala II y fue notificada ayer a las partes.
Hace casi cuatro meses la Fiscalía del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá consideró que Rogelio Andrés “Koki” Texeira, debe ser juzgado por el delito de “homicidio”. Su defensa apeló a instancia superior y fue la Cámara quien respaldó la decisión del juez Pedro Benito Piris.
El sábado 30 de abril de 2022, Josías salió de su casa en el barrio Villa Blanquita y no regresó. Luego de que su madre radicó la denuncia por su desaparición, comenzó una búsqueda que se extendió por más de un mes, hasta que un testigo afirmó que un tarefero conocido como “Koki” le confesó que mató al adolescente. En un bañado ubicado en el barrio Prosol el viernes 3 de junio del 2022, a las 19 fue hallado semisumergido el cuerpo. Por el avanzado estado de descomposición no pudo determinarse fehacientemente las causas del deceso.
El sospechoso fue detenido horas antes de hallarse el cadáver. La hipótesis que se maneja es que Josías se ahogó en estado de indefensión en el citado bañado. La supuesta confesión de “Koki” cerraría las conjeturas: “Le hice una llave al cuello por atrás y como reaccionó, le apreté más y se murió”, le habría dicho al testigo clave.
Por el estado del cuerpo se debió esperar 81 días para poder realizar una ceremonia fúnebre. Mientras tanto, se analizaron tejidos y sangre de la víctima. Surgió el nombre de un alga: la diatomea. Los bioquímicos hallaron estos organismos microscópicos, lo que determina en un enorme porcentaje que el menor murió por asfixia por sumersión.
Se encontraron diatomeas en la médula de la víctima y se supo que no llegan a esa parte del cuerpo a no ser que la persona esté con vida. Por eso se determinó que al caer o ser arrojado al bañado Josías estaba con vida.
Pero faltaba un dato más. Al cotejar las diatomeas que viven en ese bañado se comprobó que eran las mismas. Por otra parte, el examen histopatológico (tejidos) en parte del cuello de la víctima, para confirmar o descartar que existió presión mecánica que lo pudo haber desmayado, no arrojó resultado debido al estado del cadáver. Por ello la frase supuesta del autor es fundamental para establecer si pudo existir la secuencia de “llave al cuello” y posterior desmayo y ahogamiento.