El aumento de hurtos de medidores del servicio de agua potable puso en alerta a la Cooperativa Eléctrica Limitada Oberá (CELO). Según confió a PRIMERA EDICIÓN el gerente del sector, el ingeniero Julio Ansin, la cooperativa evalúa la posibilidad de optar por equipamiento de materiales menos costosos.
“El costo de un medidor es de aproximadamente 65.000 a 70.000 pesos, porque su carcasa exterior es de bronce, principal motivo de los robos. Estamos sufriendo por el robo de entre cuatro y cinco medidores periódicamente”, explicó Ansin.
Asimismo, el gerente sostuvo que “tenemos la obligación de reponerlos porque tenemos que ver la forma de medir el uso para hacer el cobro. En algunas situaciones estamos tratando de poner conexión directa, si es de bajo consumo, para poder reponer el servicio hasta que tengamos nuevos medidores para instalar”.
Responsabilidad de la CELO
Para mediar con la situación, Julio Ansin detalló que la cooperativa adoptó un sistema de bajar el costo de medidores y “empezamos a comprar unos que tienen carcasa de PVC (policloruro de vinilo), que cumplen la misma función, pero la medición no es exacta en calidad. Es decir tiene un arranque de la relojería interna que tiene mayor resistencia, por lo tanto necesita tener un caudal importante para empezar a medir”.
El directivo afirmó que el costo de los nuevos medidores es responsabilidad e interés de la CELO, ya que es la herramienta para establecer el valor del servicio.
“A los efectos del hurto tenemos que empezar a colocarlos. El socio no tiene por qué absorber ningún costo, el problema es de la cooperativa que tiene que asegurar la medición, para cobrar el servicio. No pasa por el socio, que queda excluido de cualquier gasto. Hicimos la denuncia y estamos entregando a la policía una lista diaria de los lugares donde se producen, para que puedan dar con los autores del delito”, remarcó.