En Posadas, a pocos metros del Club Alemán, dos perros en situación de calle tienen a maltraer a grandes y chicos que pasan por el lugar tanto de día como de noche. Ambos perros, lamentablemente, sorprenden a los transeúntes y los muerden habitualmente en las piernas, dejando a dos de ellos en la guardia de un sanatorio cercano al lugar.
A pesar de las denuncias, el Instituto Municipal de Sanidad Animal (IMUSA) aseveró que es la Policía de Misiones la que debe tomar cartas en el asunto, a través de su división de Canes.
Pero la fuerza de seguridad, que se hizo presente para recabar datos tras las denuncias, no avanzó siquiera en la intimación a los propietarios de las mascotas, por esperar que el IMUSA decida qué hacer.
PRIMERA EDICIÓN contactó al flamante secretario de Salud comunal, Matías Orihuela, quien aseguró que por las denuncias “es responsabilidad del dueño. Se canaliza por la Policía y si necesitan el control de los perros nos sumamos sin problemas si están en situación de abandono”.
A su vez, este Diario se contactó con las máximas autoridades policiales que enviaron a la zona hasta un patrullero, solo para verificar si se habían recabado datos. Es que la familia que sería la propietaria ya cuenta con antecedentes de conflicto con los vecinos, que se hartaron de pedirles que los dejen adentro de la propiedad, donde cuentan con espacio suficiente para hacerlo, incluso cerrado por la reja de un comercio que dejó de operar recientemente.
Sin embargo, es común que les dejen un recipiente con agua en la vereda, mientras los animales siguen sueltos, amedrentando a quienes pasan por allí.
Además del mencionado club, hay un concurrido instituto privado, la Escuela 110, una pensión de estudiantes universitarios, un conocido restaurante y muchos otros comercios. Y todo el tiempo las personas deben correr, subirse a los muritos de los comercios o enfrentarse a los perros por los ataques.
Frente a la actitud de los presuntos propietarios y los que son mordidos por las mascotas, el Estado comunal y provincial no se ponen de acuerdo en intimar a los dueños a encerrarlos o en otras determinaciones que eviten que alguien los vaya a lastimar cuando ataquen a los que caminan, andan en bicicleta o moto por la avenida Corrientes.
Se trata de proteger a los perros de su abandono en la vía pública y también a las personas que caminan sin interés en ser atacadas.