El 2 de enero de 1839, en Francia, Louis Daguerre (1787-1851) tomó la primera fotografía de la Luna. Por desgracia, los errores de seguimiento al guiar el telescopio durante la exposición prolongada significaron que la fotografía salió como un punto borroso.
De todas formas esa fotografía se perdería apenas dos meses después, el 8 de marzo de 1839, cuando un incendio destruiría el laboratorio de Daguerre así como buena parte de sus inventos y su material.
Por eso la primera fotografía que se conserva de la Luna, y a la que oficialmente se la considera como la primera en la historia de la astrofotografía, pertenece a John William Draper, profesor de química de la Universidad de Nueva York, y fue tomada el 23 de marzo de 1840.
Orígenes de la fotografía
El daguerrotipo, también conocido como “daguerreotipo”, fue el primer procedimiento fotográfico anunciado y difundido oficialmente. Fue desarrollado y perfeccionado por Louis Daguerre, a partir de las experiencias previas inéditas de Joseph Niépce (antes de 1826), y dado a conocer en París, en la Academia de Ciencias de Francia, el 9 de enero de 1839.
Los daguerrotipos se distinguen de otros procedimientos porque la imagen se forma sobre una superficie de plata pulida como un espejo.
Para economizar, normalmente las placas eran de cobre plateado, pues sólo era necesario disponer de una cara plateada.
La imagen revelada estaba formada por partículas microscópicas de aleación de mercurio y plata, ya que el revelado con vapores de mercurio produce amalgamas en la cara plateada de la placa. Previamente esa misma placa era expuesta a vapores de yodo para que fuera fotosensible.
Los daguerrotipos son piezas únicas. No permiten realizar copias al no existir un negativo apropiado.