Es muy común hablar de las metas al inicio del año y de cuántas de esas metas se han logrado a fin de año, pero esto es solo una mirada parcial de todo lo que hemos construido, día tras día, durante 12 meses.
Si solo miramos lo efectivamente logrado estaríamos dejando de lado muchas otras cosas alcanzadas parcialmente, o metas que son valiosas para nosotros y que no nos habíamos propuesto al inicio de año.
Evaluar lo logrado y lo pendiente puede ser muy positivo, si lo que nos quedó pendiente de concretar lo tomamos como un punto de mejora para trabajar hasta alcanzarlo, sin reprocharnos por no haberlo conseguido y tomando los aprendizajes del proceso.
Con confianza, disciplina y alegría, diagramando estrategias nuevas sin reprocharnos por lo que aún no conseguimos y tomando lo aprendido, tendremos las herramientas necesarias para ir por nuestros sueños.
Está llegando el fin de este año y la idea es cambiar la pregunta, en vez de preguntarnos: “¿Qué logré en el año?”; preguntarnos: “¿Qué me llevo del 2023?”.
Cuando nos hacemos esta pregunta, nuestro cerebro se concentra en todo lo positivo que hemos alcanzado, en las vivencias únicas que hemos tenido, las relaciones que hemos hecho y también las metas que hemos logrado.
Es mucho más completo, es ver el vaso medio lleno en lugar del vaso vacío y es también valorar y aplaudir cada uno de nuestros logros, cada paso dado porque por más pequeño que sea y al hacerlo, nuestra autoestima aumenta, nos sentimos más merecedores y dispuestos a ir por todo.
Enfocarnos en lo que nos llevamos es dar prioridad a lo importante y es también entender que todo aquello que este año no hemos podido concretar no es fracaso si lo sabemos capitalizar, es justo el aprendizaje que necesitamos para poder alcanzar lo que soñamos.
Este fin de año, cuando levantemos nuestras copas, brindemos por cada una de esas cosas que nos llevamos de este año, saboreemos el haberlo logrado y llenos de esa alegría y fuerza, comencemos un nuevo año, cargado de oportunidades y momentos únicos esperando a ser vividos.
¡Feliz año nuevo para todos!
Natalia Moyano
Contadora con corazón de escritora
[email protected]