Esta semana se conoció la noticia de un destacado hallazgo que involucra de lleno a una familia misionera. El avión Neptune 2P-103 de la Armada Argentina pasó 48 años perdido en un glaciar de la isla Livingston, cercano a la Antártida.
El 15 de septiembre de 1976, estaba en vuelo de reconocimiento cuando se estrelló contra un monte helado de casi 2 mil metros de altura. Ahora, el glaciar que lo había tragado devolvió algunas partes de la nave que quedaron esparcidas en la playa rocosa frente al mar.
Por la caída murieron los 11 tripulantes de la aeronave, donde viajaba el misionero Miguel Ángel Berraz, teniente de Navío, de dicha expedición. Se trata de la mayor tragedia aérea de un avión argentino en la Antártida.

Los restos fueron divisados por una expedición búlgara que se encontraba en las costas de la bahía Falsa para recoger muestras biológicas del lugar. La Armada Argentina estudió los restos y confirmó que se trata del vuelo de 1976 en el que murieron 10 tripulantes y un periodista fueguino que viajaba para realizar una nota.
El objetivo del Neptune era realizar un reconocimiento aéreo de la zona de glaciares para la Campaña Antártica que se iniciaría en el verano de ese año.

Héroes rescatados del olvido
Por ello, tras conocerse casi 50 años después del paradero de esta aeronave, desde PRIMERA EDICIÓN dialogamos con su hija Marina (52), quien gentilmente accedió a una amena charla cargada de recuerdos, datos, archivos y fotos.
Antes que nada, nos remarcó que su padre Miguel Ángel nació en Posadas y vivió en la capital provincial hasta los 13 años, luego se mudó con sus padres a Buenos Aires, donde tras culminar el secundario ingresó a la Escuela Naval. Además, a modo de reseña y dato a tener en cuenta, a la hora del trágico accidente este teniente de navío misionero tenía apenas 35 años.
¿Marina, actualmente vivís en Posadas?
Sí desde hace tiempo ya…desde el 1976. Nos volvimos de Bahía Blanca (Buenos Aires), porque mi mamá es de acá; entonces tras el trágico accidente regresó a su lugar de nacimiento junto a mi hermano y yo. Ambos, por ese entonces éramos muy chicos.
Tu madre es misionera, como nos contaste: ¿Cómo se llama?; y ¿tu hermano?
Mi mamá se llama Juana Elvira Ibarra, nació en la tierra colorada también; y mi hermano se llama Martín y es el más grande. Al momento del accidente en 1976 el tenía 7 años y yo 5 años.

¿Cómo recibieron la noticia de haber encontrado los restos del avión donde viajaba tu papá, después de casi 50 años del accidente aéreo?
Fue un shock. Una noticia increíble, estoy muy movilizada. Todos los familiares estamos sensibles. Se reabren heridas del alma que quedaron tapadas por el tiempo, pero también a la vez es mucha emoción de poder ver algo que siempre quisimos ver. Siempre supimos que eran Héroes y después de tanto tiempo olvidados. Amaban volar y tenían un sentido de amor a la Patria enorme
¿Desde la Armada se comunicaron con ustedes, tras este hallazgo o se enteraron por las noticias?
Nooo. Desde la Armada Argentina nos llamaron; ellos se querían contactar con todos los familiares de los fallecidos antes que la noticia salga por algún medio, eso realmente se cuidó y mucho. Los restos a Mar del Plata el próximo 20 de febrero, para ser entregados a la Armada.

¿Les anticiparon si hay objetos de sus familiares o algo que ustedes puedan tener o llevarse a modo de recuerdo?
No…son restos de chapa solamente encontradas por esta expedición europea.
Pero, me imagino que le invitaron a estar presentes cuando lleguen, ¿o no?
No en esta oportunidad. Más adelante sí.

¿Me podés contar algo de tu papá?… ¿Qué recuerdos tenés de él?; que te gustaría contar?
Mi papá era un tipo genial muy divertido…el alma de todas la fiestas y reuniones.
Eras chica cuando recibieron la fatídica noticia, ¿Qué te dijeron?
Que su deseo siempre fue volar y morir volando. Que la pasión que tenía era muy fuerte, igual que el amor por la patria y por la defensa de su país. También era la primera vez que tenía la posibilidad de ir a la Antártida

Era una misión de reconocimiento…
Claro, se hacen todos los años…se llama Campaña Antártica si no me equivoco. Estudian la zona de glaciares y se hacen diferentes mapas. Ellos estaban llegando a la Antártida cuando tuvieron este fatídico accidente. El avión se estrelló en los glaciares de la isla Livingston, muy cerca de la Antártida.
Por años, en realidad décadas se creyó que ya no se iban a encontrar más los restos de este avión, ¿o me equivoco?
Varias veces nos dijeron que era imposible que se encuentren partes del avión, porque se estrelló contra la punta del monte Barnard y explotó. Pero lo encontraron, casi medio siglo después, volvimos a tener noticias. Desde la Armada nos dijeron que los restos se encontraron en la misma costa de la isla Livingston. La aeronave impactó con la punta de este monte a casi 2 mil metros altura, pero se fueron moviendo con el pasar de los años, además de ser tapado por el hielo, fue empujado hacia abajo cada vez que se derretía y luego se volvía a congelar, hasta que esos restos llegaron a la costa de la isla. En relación al accidente en sí, lo que sabemos es que el avión impactó contra la punta del monte Barnard, donde se divisaron pequeños fragmentos, pero después nevó y se tapó todo. Pero, ¿Cómo fue el accidente?; ¿Por qué chocaron? y dice que: Se debió a los fuertes vientos y a la poca visibilidad existente a la hora del mortal impacto; para colmo de males un tiempo después fue un helicóptero a rescatar los restos y también se terminó estrellando y muriendo todos sus tripulantes; y desde ahí se suspendieron todas las tareas de rescates por décadas, hasta hoy que finalmente se encontraron fragmentos del avión donde viajaba mi papá…

Tu mamá y tu hermano, me imagino también viven horas especiales por revivir el momento y después de tantos años volver a tener noticias de ese vuelo, ¿no?
Si en general toda la familia está impactada por esta noticia; y a la vez muy agradecidos por tener toda la información de parte de la Armada, de primera mano.
El accidente en la primavera del ’76
Desde la Armada se recuerda que la última comunicación con la torre de control fue a las 12:13, cercanos a la Isla 25 de Mayo, el fátidico 15 de septiembre de 1976. Luego el contacto cesó repentinamente, declarándose la alerta y búsqueda a las 13:22. Al día siguiente comenzó la investigación del avión, mediante apoyo aéreo y de superficie. No fue hasta el día 24 de septiembre del ‘76 que un avión C130H localizó los restos de la nave sobre la ladera norte del cerro Barnard, en la isla Livingston. No había sobrevivientes. El lugar era muy difícil de acceder por tierra, por lo que trabajaron andinistas y vehículos aéreos para intentar rescatar los cuerpos y fragmentos. En enero de 1977, un helicóptero del Ejército AE-451, intentando acercarse al punto de impacto, sufrió un repentino empeoramiento de las condiciones meteorológicas del monte, por lo que, lamentablemente, chocó también en la misma zona. Ante este nuevo suceso, se decidió concluir la operación, quedando los tripulantes del Neptune junto a su avión.

Cómo encontraron los restos del Neptune
Un equipo búlgaro, el Bulgarian Antartic Institute, encontró restos de lo que parecía un avión en la orilla de la Bahía Falsa, en la isla Livingston, en enero pasado. Sin pistas de a qué vehículo podían pertenecer, se mantuvieron atentos a dar con su origen. Pasaron un par de días y en la orilla finalmente apareció una chapa del mismo tono verde oliva con el “Sol de Mayo” argentino (ver dibujo más arriba). Acto seguido, Nikolay Danailov, capitán de fragata y comandante del buque Polar ST. Cyril y Methodius, se comunicó con la Armada Argentina; y los especialistas argentinos confirmaron que se trataba del avión Neptune. Sus restos habían aparecido luego de 48 años…