Cerca del mediodía de ayer, efectivos de Infantería y del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), trasladaron desde la comisaría Novena hasta la Unidad Penal 8 de Cerro Azul, al gendarme acusado de asesinar de un disparo en la cabeza a su pareja, Jésica Galeano el 12 de marzo de 2023.
Tal cual publicó en su momento PRIMERA EDICIÓN el fallo con la prisión preventiva fue dado a conocer en junio del año pasado por el juez Miguel Mattos pero la defensa del acusado apeló a una instancia superior.
En diciembre, la Cámara decidió respaldar las actuaciones de Mattos y dejar firme la prisión preventiva pero los trámites no pudieron cumplimentarse y una vez que terminó la feria judicial (enero y febrero) se autorizó el traslado del exefectivo de la fuerza federal durante los últimos días. El traslado se concretó ayer con un operativo desplegado por la policía provincial desde la comisaría Novena situada en Itaembé Miní hasta la localidad de Cerro Azul.
Jésica Galeano tenía 32 años y era oriunda de Formosa. También era gendarme y fue asesinada de un disparo en la cabeza, dentro de su automóvil, el 12 de marzo del año pasado frente a su vivienda del barrio Cocomarola Este, en la zona sur de la capital provincial.
“Mi hija no se mataría”
La madre de Jésica, Jorgelina Guillén, desde un principio aseguró que no se trataba de un suicidio y en más de una oportunidad encabezó marchas en reclamo de justicia. “Ella amaba a sus hijos, nunca se quitaría la vida”, dijo. La mujer alquilaba esa propiedad junto a Balbuena, un hijo de su anterior pareja y una niña de pocos meses, la única que tenían en común con el imputado.
Tras la reciente decisión del alto órgano judicial dándole la razón al juez que investigó la causa, Miguel Mattos, el efectivo asignado al Escuadrón 50 “Posadas”, continuará privado de su libertad imputado por “homicidio agravado por el vínculo”.
El gendarme fue arrestado el mismo día del hecho y luego del alerta al 911 del ataque en un inmueble del barrio mencionado a una mujer. Jésica Galeano fue encontrada con un disparo de arma reglamentaria en la cabeza y fue demorado de forma preventiva su pareja. Alrededor de las 8 del citado domingo 12 de marzo, los vecinos de la calle 55b al 9400 escucharon una detonación.
Desde las casas más cercanas oyeron la voz de un hombre que decía “qué hiciste, qué hiciste”. Era el gendarme junto al cuerpo inerte de Galeano en el asiento del acompañante del Volkswagen Bora estacionado en el garaje de la casa.
La pareja alquilaba esa vivienda desde hacía más de un año y en ese mismo terreno, en el fondo, vivía otro inquilino. Justamente ese hombre caminó por el pasillo del costado y le preguntó al gendarme “¿qué pasó, que pasó?”. “Mi mujer se pegó un tiro”, le respondió, mientras de fondo se escuchaba el llanto de sus hijos.
Para la Justicia, la víctima fue asesinada y la causa ahora con la prisión preventiva firme, está mucho más cerca de ser elevada para el juicio oral.