Ni marzo ni abril serán meses problemáticos en precipitaciones para los cultivos en la Argentina. Con fluctuaciones en la cantidad de agua, la permanencia de La Niña augura el caudal suficiente para las plantaciones, especialmente las más importantes del centro del país.
Sin embargo, expertos en meteorología consideraron que hay factores suficientes para creer que entre la primavera y el verano volverá el fenómeno de El Niño, con sequías que podrían ser muy perjudiciales para la producción agropecuaria en las diferentes zonas del país.
En Santa Fe, la Expo Agro 2024 fue escenario del panel “Tiempo y Clima”, en una actividad coorganizada con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
El disertante de cierre fue el meteorólogo Leonardo De Benedictis y planteó que “hay grandes perspectivas, grandes posibilidades de que vuelva el evento de La Niña. Todavía no está confirmado, faltan algunas condiciones para que se genere el evento, pero hay una probabilidad bastante elevada y se daría a partir de la próxima primavera o el comienzo del verano”.
El analista agregó que “esta es una mala noticia para el productor porque este año, si bien ha sido Niño, la lluvia solo sirvió para poder implantar los cultivos y desarrollarlos, pero no para generar reservas para afrontar un año complicado”.
Como dato aleatorio, De Benedictis apuntó que “los perfiles están muy mal en la mayor parte del país. Todavía nos quedan dos meses claves que son marzo y abril, que suelen tener eventos de lluvia importantes. Pero son dos meses nada más, con lo cual volverá a ser un año complicado si se confirma La Niña”.
De acá a la primavera se espera que se mantengan los parámetros normales de lluvia, “con lo cual vamos a tener algo de actividad, pero sabemos que el invierno no es un período de reposición de agua y, con suerte, se mantiene la humedad, es decir que no servirá para mejorar la situación hídrica”, sostuvo.
El panel estuvo integrado por Gabriela Marcora, especialista en agro-meteorología (SMN), quien mostró productos de monitoreo y pronóstico de algunos indicadores específicos para el sector, que se encuentran disponibles al público.
En parte de su exposición, Marcora apuntó que “seguimos bajo influencia de El Niño, seguimos viendo su impacto, e inevitablemente vamos a tener que pasar por condiciones normales, porque el Océano Pacífico Central se tiene que enfriar para pasar a una etapa de La Niña, y como es una masa tan grande, eso no pasará de un día para otro ni de una semana para otra”.
Del panel también formó parte José Luis Stella, especialista en climatología (SMN) que se encargó de analizar el impacto que tuvo el fenómeno “El Niño” durante la primavera-verano. Presentó el pronóstico climático de precipitación y temperatura media para el trimestre de otoño, y analizó la posibilidad de persistencia de las condiciones de este fenómeno y cómo impactará a nivel regional.
Por su parte, Luciano Vidal, doctor en Ciencias de la Atmósfera (SMN), presentó productos obtenidos a partir de sensores remotos. Además, participó Guillermo García, doctor en Ciencias Agropecuarias y responsable del Área Ambiente en la Unidad de I+D de CREA, quien describió que “tenemos distintas estrategias para reducir la vulnerabilidad del sistema o aumentar su resiliencia, traducido en diversificación, espacio temporal; no poner todos los huevos en la misma canasta.
Es decir, no hay que sembrar todo lo mismo y en el mismo momento. También hay otras estrategias, como pensar en sistemas de riego o de drenaje en regiones con excesos”.
Al mismo tiempo recomendó tener en cuenta la fisiología del cultivo, “porque, en definitiva, estamos gestionando el riesgo climático y ahí es relevante la información que provee el SMN”.