Un policía detenido y acusado por el abuso sexual a una mujer con discapacidad admitió el hecho en un juicio abreviado, por lo que acordó seis años de prisión, sin embargo no hay actualmente un Tribunal conformado en Eldorado y tampoco quien lo presida para avalar u homologar la sentencia, como así también para encabezar los votos en los fundamentos.
Los motivos estarían vinculados a una encarnizada disputa interna en la Cámara de Apelaciones en lo Civil de Eldorado, que solo en este caso debe intervenir por subrogación natural. Por lo general, serían los camaristas penales quienes revisen el acta, pero en esta causa en cuestión se inhibió el único juez que integra el Tribunal 1 de Eldorado, Atilio León.
El camarista penal se apartó en abril del año pasado, cuando estaba a punto de arrancar el juicio oral, debido a que un familiar suyo y que es abogado, hizo dos presentaciones en representación del imputado, lo que fue concedido por el Superior Tribunal de Justicia (STJ). Este mismo órgano superior ordenó conformar un Tribunal subrogante con camaristas civiles para tratar esa misma causa.
Lo que ocurrió a continuación tiene que ver con una cadena de inhibiciones y de inconvenientes que se suscitaron en la mencionada Cámara, entre ellos, quien asumiría la presidencia para, lo que en principio, iba a ser un debate oral. Sin embargo, nunca se pusieron de acuerdo y se fue dilatando esta situación a lo largo de un mes y medio aproximadamente. En el camino, hubo presentaciones mutuas entre dos integrantes de la citada Cámara Civil y todo se fue retrasando notoriamente.
Finalmente, las partes decidieron acordar en un juicio abreviado que tuvo lugar el pasado martes 19 de marzo (firmaron por seis años de prisión). Fue así, que el expediente completo fue remitido al STJ, ya que ahora ese máximo órgano judicial debe resolver qué juez (de la Cámara Civil) se hará cargo de presidir la causa.
Esto llevará un tiempo, mientras tanto las partes, es decir la defensa del imputado y la fiscalía, estarían preocupados debido a que no existe un pronunciamiento firme en la condena que acordaron, lo que impide cualquier tipo de presentación.
El acusado en tanto, por ahora permanece privado de su libertad con un auto de prisión preventiva y no por sentencia, debido a que recién cuando se conforme el Tribunal se podrá avalar el citado acuerdo.
Por otra parte, la víctima y su familia siguen sin tener un cierre definitivo a lo sucedido. Un hecho grave y que tal como ya publicó este Diario, dejó secuelas psicológicas irreversibles en la mujer.
A casi cinco años del hecho
Según la elevación a juicio, el viernes 12 de abril de 2019 a las 7.50, la víctima, de 37 años en ese entonces, se dirigía a su domicilio caminando por una calle terrada, en la localidad de Nueve de Julio. La mujer, quien es hipoacúsica (sordomuda), acompañó como lo hacía siempre a su hermana menor a tomar el colectivo.
Unos cien metros antes de llegar a su morada, la mujer fue interceptada por un oficial subayudante de la Policía de Misiones. El efectivo, quien tenía 27 años al momento del hecho, a esa hora estaba de guardia en la comisaría local. Iba al mando de un automóvil Fiat Uno Fire gris.
El uniformado le hizo señas para que se acerque, pero ante la negativa de la misma, detuvo la marcha del rodado y tras descender la tomó por la fuerza y la colocó en el asiento delantero correspondiente al acompañante. Fue entonces que aceleró y avanzó unos 140 metros, hasta detenerse en una zona donde hay muchos árboles.
Siempre enojado, tal como lo describió en su interpretación del rostro del acusado la mujer, bajó nuevamente del vehículo y tras abrir la puerta del acompañante la tomó con violencia del brazo y luego la comenzó a besar.
Todo esto pese a que la víctima, con utilización de gestos con las manos y la cabeza, le indicaba que se negaba a hacerlo.
Intimidación con el arma
Siempre de acuerdo al expediente, en esas circunstancias el policía se comenzó a sacar el uniforme y puso sobre el asiento delantero del conductor su cinturón con el arma reglamentaria, para que la víctima pudiera verlo. Esto se habría interpretado como una evidente intimidación.
Acto seguido, el imputado y con el uso de la fuerza comenzó a arrancarle las prendas de vestir a la mujer, hasta que la dejó prácticamente desnuda y tras manosearla la violó -ocasionándole lesiones en distintas partes del cuerpo- y le hizo saber por señas que no contara nada, según el auto de elevación.
Durante la instrucción de la causa la víctima pudo describir lo sucedido mediante la intervención de una traductora. El funcionario policial llegó a juicio imputado por “abuso sexual con acceso carnal”.