Seguramente escuchaste la frase que la paz o la tranquilidad no se negocian y que es preferible estar en paz. La paz es un sinónimo también de felicidad, digo esto porque la paz alivia, nos quita peso, limpia las angustias y hace que el corazón sonría en cada latido, ambos (la paz y la felicidad), los tenemos que elegir todos los días.
El color de la paz es el blanco, que energéticamente nos está pidiendo orden y claridad, y el color de la felicidad es el naranja que nos lleva a estar alegres, divertidos y comprensivos. Ambos desde su lado positivo nos llevan a la tranquilidad que muchas veces necesitamos. Una mente con pensamientos positivos, y optimistas hace que tengas mejores decisiones.
Muchas veces ocurre que al ponernos en el lugar del otro nos estamos haciendo cargo de lo que le está pasando, olvidando que cada uno tiene que pasar por experiencias que nos ayudan a crecer y mejorar como personas, esto no quiere decir que dejemos de lado al otro, simplemente que lo acompañemos sin interferir, a menos que nos pidan.
Es difícil elegir cuando estamos atravesando por situaciones difíciles, pero por más tristes que estemos podemos elegir ser felices, ya que si nos quedamos en eso que nos quita la paz solo estamos atrayendo más angustia, desesperación, frustración.
Un ejercicio recomendado para elegir estar en paz y feliz es con la programación, esto es que cada día al despertar programes como querés que sea tu día, visualízate sonriendo en una luz naranja y que una luz de color blanco envuelva tu corazón y tu cabeza uniendo ambos.
Luego de eso sonríe por dentro y con cada órgano de tu cuerpo. Crea tu vida, escucha a tu corazón y elige ser feliz.
¡Que tengas un domingo llenito de paz!
Gabriela Gómez
Cromoterapia
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