Tras ser recientemente sobreseídos por la Justicia, los dos hombres que estuvieron poco más de un año detenidos por el crimen de la comerciante y catequista Gladis Beatriz Gómez (39) podrían ser citados a declarar en calidad de testigos, indicaron fuentes del caso.
El pasado lunes el juez de Instrucción 1 de Oberá, Pedro Benito Piriz, firmó la resolución que dejó exentos de responsabilidad criminal en la causa a ambos individuos, quienes ahora podrían aportar datos relacionados al único detenido por el hecho, conocido por su primer nombre: Elías.
Es que los dos hombres, antes arrestados y en calidad de sospechosos, mientras estaban detenidos habrían mencionado a este nuevo involucrado como que estuvo en Oberá para la fecha en que fue cometido el homicidio, según trascendió.
Una tercera persona que sería “datero policial” también habría referido que “Elías” podría estar vinculado al crimen, por lo que también se sumaría ese testimonio, señalaron las fuentes.
Por ahora, lo único concreto es que la Justicia ordenó un careo, entre este último (datero) y el hombre arrestado recientemente. Esta medida judicial, entre otras, fue solicitada por la defensa de Elías.
Los dos hombres ya desvinculados en la causa eran conocidos por sus apodos, “Chueco” de 30 años y “Marito Mandagarán” de 31, en el caso del primero defendido por la abogada particular de Oberá,
María Cristina Salguero, quien tras obtener la falta de mérito y liberación de su cliente (quien siempre insistió en su inocencia), luego avanzó hasta el sobreseimiento.
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Único detenido
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, el único arrestado por el homicidio de Gladis Gómez, cometido en marzo de 2022, declaró ante el juez Piriz. El mismo fue detenido este año en Buenos Aires tras seis meses de rebeldía. Si bien ya tuvo la posibilidad de declarar y se abstuvo, en una ampliación indagatoria volvió a estar a mediados de abril pasado frente al juez que investiga el hecho.
Esta vez el hombre optó por dar su versión, en realidad tratar de despegarse de la acusación que por ahora es de “homicidio en ocasión de robo”.
El sospechoso aseguró que aquel 2 de marzo de 2022 trabajó todo el día en una construcción y que las personas que lo mencionan como uno de los dos motochorros que llegaron al comercio de la catequista sobre la calle Piedrabuena de Oberá, se confunden o mienten.
De acuerdo a la versión policial y de la propia víctima, uno de los dos delincuentes le exigió que entregara dinero y, como la respuesta fue negativa, le disparó.
De esta manera el involucrado continuará privado de su libertad mientras avanzan las medidas que seguramente ordenará el magistrado.
No se descarta, entre otros actos procesales, que se investigue minuciosamente las actividades del individuo horas antes y posteriores al hecho, más teniendo en cuenta que luego del asalto habría indicios de que salió de la provincia, indicaron las fuentes.
Este dato les pareció llamativo a los investigadores, más aún cuando un testigo mencionó en el expediente y ante la policía que uno de los supuestos asaltantes al parecer tenía un tatuaje de un trébol, similar al que tiene el imputado. Los primeros dos detenidos en la causa, también lo mencionaron.
Por todo lo expuesto, el imputado solicitó a través de su defensa que se realice un careo con las personas que lo mencionaron en las testimoniales. El petitorio es muy reciente y todavía no fue definido por el mencionado magistrado.
Es que investigadores de la Policía de Misiones cruzaron datos con sus pares de Buenos Aires y se estableció un patrón de movimientos del posible sospechoso. Según se supo, siempre en la misma fecha, se acercaba a una entidad bancaria para cobrar un salario familiar.
El hecho
Gladis fue atacada aquel miércoles 2 de marzo de 2022 en el comercio que atendía sobre la calle Piedrabuena de Oberá. A las 21 irrumpió un ladrón y le exigió que le entregara dinero.
Cuando le respondió que no tenía nada para entregarle el hombre le efectuó un disparo que le impactó en la cabeza. El malviviente escapó junto a un cómplice que lo aguardaba en una motocicleta.
Fue la propia víctima quien alcanzó a pedir ayuda. Cuando llegó la policía estaba consciente y les relató lo que había sucedido. Pero tras once días de agonía se produjo su muerte.