En la Unidad Penal 17 de Candelaria una inspección de rutina permitió descubrir dos escondites que los internos hicieron en el piso para esconder bebidas alcóholicas de fabricación casera.
Los agentes del Servicio Penitenciario Federal hallaron dos pozos donde estaban ocultas 40 botellas que contenían la bebida fabricada ilegalmente por los internos.
Esta bebida, que en el argot carcelario se denomina “pajarito”, se fabrica en base a frutas fermentadas, y al ser ingeridas causan alteraciones en el comportamiento de las personas.
Tras el hallazgo los elementos fueron decomisados y se procedió a las sanción de los internos involucrados.