Mientras se espera a que este martes Neri Ramón Figueroa (32) sea trasladado desde la comisaría de Dos Hermanas a San Pedro para ser indagado por el juez de Instrucción de la región, Ariel Belda Palomar, la conmoción por la muerte del padre del detenido continúa y trascendió que se investiga la posibilidad de que el ataque y muerte de Agustín Figueroa (78) fuera cometido tras una amenaza previa en la que su hijo lo habría acusado de haberlo abusado sexualmente desde niño.
La información se mantiene entre las primeras hipótesis que los investigadores y peritos de las unidades regionales XII y XIV, Bernardo de Irigoyen y San Pedro, recogieron entre los vecinos y allegados a la víctima del ataque a machetazos el viernes por la mañana en Dos Hermanas.
Para la comisaría local, restaría incorporar al sumario el informe preliminar de autopsia y las pericias de la división Policía Científica de San Pedro, más los testimoniales de investigación provisorios.
Con estos elementos, el juez Belda citará para tomarle declaración a Neri Figueroa al que lo podría imputar de un hecho de “homicidio agravado por el vínculo”.
El juez aguarda también las conclusiones de una serie de estudios psicológicos al detenido y que se confeccione un informe socioambiental del lugar para obtener pormenores y posible móvil del crimen.
El ataque que se informó en el contexto de parricidio se conoció alrededor de las 10 del viernes cuando en la comisaría de Dos Hermanas se presentó un muchacho alterado y con la ropa ensangrentada. Las primeras palabras fueron “disculpen, vengo a informar que discutí con mi padre y le di varias puñaladas con un cuchillo, no sé si está muerto”, confió una portavoz del caso ante las consultas de este Diario.
Los efectivos de guardia se dirigieron entonces a un paraje situado en jurisdicción de Dos Hermanas, ubicado sobre la ruta provincial 17, distante trece kilómetros de la zona urbana de Bernardo de Irigoyen.
En la vivienda señalada, hallaron, en una de las habitaciones, a un hombre mayor de edad tendido en el suelo y con varias lesiones compatibles de arma blanca. A un costado, encontraron una muleta y un machete con una hoja afilada de alrededor de treinta centímetros y mango de color negro.
Durante las averiguaciones con los vecinos, habría surgido una versión que refiere amenazas, aunque dichos testimonios deberán ser validados durante la instrucción.
El sospechoso, en tanto, habría manifestado que mantuvo una discusión con su progenitor, aunque sin brindar detalles.
Además de los elementos mencionados, secuestraron prendas de vestir tanto del acusado como de la víctima para las pericias correspondientes.