Omar Raúl Mudry (67), sobre quien pesan dos condenas por abusos sexuales a menores por 30 y 15 años de cárcel, deberá pasar en total 40 años “a la sombra”, tal como lo dispuso el Tribunal Penal de esta ciudad y luego de efectuar el cómputo para la respectiva unificación de penas, indicaron voceros del caso.
No obstante, cuando cumpla 70 años el imputado podrá acceder al beneficio de la prisión domiciliaria, señaló la misma fuente.
Mudry fue condenado el pasado miércoles 13 de diciembre a 15 años de prisión por los delitos de “promoción a la corrupción de menores” y “abuso sexual con acceso carnal”, en perjuicio de tres víctimas que estaban bajo su cuidado en el hogar Tabita de Montecarlo. El individuo ya cumplía 30 años de cárcel por otros siete casos de abuso de menores que también era su responsabilidad cuidar en dicho lugar. Esa condena le fue impuesta en 2011.
Mudry no volvió a ser noticia desde ese entonces, hasta que el año pasado fue juzgado por otros delitos de similares características.
Al momento de pedir el monto de pena y durante los alegatos, el fiscal del Tribunal Penal de Eldorado, Federico José Rodríguez, fue contundente tras solicitar 15 años de prisión para el acusado (luego la sentencia le daría la razón) y fundamentó: “Este hombre ya fue juzgado por otros siete casos contra menores y fue condenado a 30 años de prisión, actualmente son diez los casos. Pero si hubieran considerado investigar un poco más, habrían detectado otras víctimas”. Es que en el último debate y mientras estuvo sentado en el banquillo de los acusados, a Mudry incluso se le sumó otro abuso, una situación que pocas veces se ve durante un juicio oral.
Duros testimonios
Durante las jornadas en la sede del Tribunal eldoradense se escucharon testimonios que por su crudeza dejaron sin palabras a los presentes.
Las primeras dos víctimas fueron dos hermanos de 4 y 6 años (los hechos y según la denuncia se iniciaron en 2001), sin embargo y debido a que existen expedientes acumulados (casos que tienen conexidad subjetiva y objetiva con el mismo imputado y el mismo delito en sus variantes), durante el desarrollo del debate se le sumó una tercera acusación, más precisamente por el abuso a una menor que falleció en edad adulta y durante la reciente pandemia de COVID-19.
Esta vez fue una niña que contó en Cámara Gesell lo que padeció en dicho albergue infantil y tras la detención del sospechoso en 2008. En una de las jornadas del presente juicio se escuchó a una testigo que ratificó los dichos de la citada niña, porque le confió lo que sufrió a manos del acusado hace más de una década.
También declararon los dos hermanos que fueron víctimas de corrupción de menores, donde contaron que el acusado “hacía practicar a los niños del hogar para enseñarles a tener relaciones sexuales” y que sufrieron “golpizas y castigos como no comer y ser encerrados en un galpón en el frío”. En ese entonces ambos involucrados eran una niña de 4 años y un varón de 6.
En pleno debate la madre de los mencionados hermanos les pidió en medio de llantos y en reiteradas ocasiones “perdón por dejarlos en ese hogar”.
Para el fiscal, incluso faltó investigar al imputado “por los abusos a una nena sordomuda a la que le perdieron el rastro”.