Más allá del escándalo por las seis mil toneladas de alimentos retenidos por la Nación, de los cuales una importante cantidad (2.700 kilos) corresponde a yerba mate comprada durante el gobierno de Alberto Fernández.
En Misiones, tanto productores como autoridades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), están gestionando acciones no solo para que no se reparta esa yerba, sino que directamente se la destruya.
“No sabemos qué yuyos se metieron en esos paquetes que compró el Estado, pero sí estamos al tanto que los análisis que hizo el INYM demostraron que no era apta, por lo tanto debería ser destruida”, reclamó el productor yerbatero y dirigente Cristian Klingbeil, para quien, la denuncia que existe contra los funcionarios (el Ejecutivo nacional demandó este viernes a la exministra de Desarrollo Victoria Tolosa Paz por irregularidades en la compra de yerba misionera), “también se debe investigar a los empresarios que participaron en la operación”.
“Acá hay que ir hasta el fondo y se tiene que investigar tanto a los funcionarios que participaron de las operaciones y no controlaron lo que estaban comprando, pero también a aquellos empresarios que vendieron esa porquería. Y que por sobre todo se reponga con yerba en condiciones, porque eso se compró con fondos públicos para ayudar a la población más necesitada. Si no la pueden reponer, entonces que devuelvan la plata con los intereses que corresponden”, pidió enfático.
“Claramente, esa yerba comprada por el Estado nunca recibió los controles que correspondían y recién se pudo advertir lo que estaba ocurriendo cuando gran parte de esos pallets ya fueron entregados. De hecho, el Instituto (por el INYM) al tomar conocimiento y proceder a su análisis informó a las autoridades de entonces que esa yerba no tendría que repartirse, pero así y todo se entregó un gran porcentaje. Lo que pedimos ahora es que ese gran porcentaje que queda en los galpones (una cantidad cercana a las 2,7 toneladas) se elimine”, sostuvo el dirigente.
Y agregó: “La compra se hizo por $18 mil millones, que en un conteo rápido son más de 17 mil kilos de yerba. En los galones quedan algo más de dos mil kilos, entonces a alguien le metieron esa yerba”, en alusión al grupo de beneficiarios de las bolsas de mercadería, quienes para Klingbeil, “son personas de una gran vulnerabilidad y se les pudo afectar la salud”.
“No era necesario ni siquiera ser experto en cuestiones de salubridad para darse cuenta que esa yerba estaba mal”, reiteró.
Hay que recordar que, en ese momento (entre 2022 y 2023) cuando se hicieron las primeras denuncias públicas sobre la mercadería en cuestión, algunas versiones señalan que se había elaborado con producto cosechado en yerbales y teales abandonados, por lo tanto su contenido también podría estar compuesto por plantas nocivas.
“Por eso pedimos que se hagan análisis más profundos. Pero, primero que nada, no se debe entregar; segundo, se tienen que hacer análisis completos para saber qué tiene esa yerba y si se determina su toxicidad, que se destruya”, repitió enérgico.
Durante la pandemia
La presunta operatoria fraudulenta se remite a los meses de pandemia en 2020, cuando se hicieron públicos algunos videos que exponían los casos que derivaron en la investigación del INYM para determinar el estado del producto.
Sin embargo, las cosas siguieron su curso y un año después, según se había publicado en el Boletín Oficial el 8 de noviembre de 2023, y a un mes que el peronismo dejara el poder en manos de La Libertad Avanza, desde la excartera a cargo de Tolosa Paz habían justificado la compra con los resultados de una “evaluación técnica” solicitada por la Secretaría de Articulación de Política Social a la Universidad Nacional de San Martín donde se le aconsejó qué propuestas aceptar y cuáles desestimar.
Ese “dictamen de evaluación de ofertas”, data del 18 de septiembre de 2023 y fueron beneficiadas la distribuidora Compañía Comercial Mayorista SRL, que suministraría yerba marca “El Buen Ojo”; Yerbatera Kleñuk, de Ignacio Kleñuk, a la cual se le compró yerba mate elaborada con palo de la misma marca; y a la empresa de Hugo Oscar Holowaty, a quien se le compró la marca “Sierra del Imán”.
Las tres firmas que ofertaron la yerba habían propuesto exactamente el mismo valor por cada paquete de un kilo: $1.518,90.
“Estos negociados se tienen que terminar y como productores creemos que recién podrá ocurrir cuando las pequeñas cooperativas puedan ofertar su producto como proveedoras. En varias ocasiones ya hemos hecho ese planteo, que las marcas chicas tengan la oportunidad de vender al Estado y no que dos o tres grandes se queden con un negocio millonario donde siempre hay denuncias por sobreprecio de productos de mala calidad”, finalizó el yerbatero.
“Con signos de estar presuntamente adulterada”
El año pasado se había avanzado en una especie de convenio entre el INYM y el ex Ministerio de Desarrollo Social para revisar en conjunto el listado de operadores que iban a proveer al Estado con la yerba mate.
“Luego que nosotros hicimos todo ese trabajo de seguimiento sobre la yerba adquirida y les informamos a quienes ocupaban la función pública sobre los resultados que obtuvimos de los laboratorios, porque nuestros resultados eran contundentes, porque se trataba de yerba con signos de estar adulterada, la cosa quedó ahí”, recordó uno de los directores por la Producción en el Instituto Nacional de la Yerba Mate, Marcelo Hacklander, quien había participado activamente en los operativos para determinar su estado.
“Hoy (por el viernes) enviamos nuevamente a los funcionarios de Capital Humano los resultados de laboratorio que son concluyentes porque esa yerba estaba mezclada con materia extraña y era de pésima calidad, excedida en palo. Era un desastre total eso”, acotó Hacklander.
“Se sabe y no se puede pasar por alto que esa yerba tiene una mezcla de otra cosa que no es yerba, era una porquería eso”, insistió.
A nivel nacional existe una fuerte movida y reclamo para que la cartera que conduce Sandra Pettovello reparta el alimento, lo que está almacenado en los galpones. Entre los pallets retenidos por la actual gestión junto con varias toneladas de leche y otros alimentos se encuentran 2,7 toneladas de la cuestionada yerba; por ello, los distintos referentes yerbateros exigen que, al menos en lo que respecta al producto, no se entregue.
Un informe de este Diario en abril de 2022 expuso que el 15 de diciembre de 2020 “el Gobierno compró yerba mate a dos empresas a las que detectaron una supuesta adulteración”. Se trataba de un cargamento con un millón de paquetes de un kilo por casi $184 millones. Según el artículo, Hugo Holowaty, con Yerutí, vendió al Estado 750.000 paquetes por $187,97 por unidad, e Ignacio Kleñuk lo hizo por 150.000 paquetes a $161 cada uno.
“En el último año, la Policía de Misiones y el INYM realizaron operativos, según contó una fuente al tanto de esto, por palitos de yerba mate, un material de descarte que no se debe incorporar al producto pero que se habría comercializado para sumarlo al mismo. Los operativos en general fueron por mercadería por $147 millones”, señaló entonces PRIMERA EDICIÓN.