Diego Emanuel “Oveja” Saldivia (44) era un analista de sistemas sumamente inquieto que en 2011 se puso a experimentar con la cerveza artesanal en el fondo de su casa. Con el paso del tiempo, la calidad del producto fue mejorando al punto que el hobbie se convirtió primero en un negocio alternativo y, más tarde, en la razón de sus días, además de su familia y de sus amigos.
En la noche del 30 de mayo, tras varias semanas de complicaciones en su salud, la vida de Diego se apagó y, con ella, todos sus proyectos y expectativas, buena parte de ellas, centradas en esta actividad que le apasionaba.
Entre quienes lamentan su pronta partida quedará esa pasión puesta de manifiesto en cada una de las pruebas, en cada uno de los logros y en las enseñanzas que dejó como uno de los pioneros en la elaboración de cerveza artesanal en Misiones. También en el equipo que, a pesar de todo, apuesta a seguir con esta empresa familiar.
Entre tantos mensajes de despedida esparcidos por las redes sociales, sus amigos y seguidores lo calificaron como un referente en el sector y como alguien generoso, que replicó su sapiencia para lograr que el producto que hoy se sirve en varios puntos de venta, cumpla con los estándares de calidad. “Con tu forma intensa de vivir nos enseñaste que hay que seguir, atravesar las tormentas, atreverse y continuar. Una comunidad gigante se queda sin el amigo/hermano. Te vamos a extrañar todos los días, pero tu legado continuará, porque así lo deseabas”, manifestaron.
“En situaciones como estas te das cuenta que la vida, el corazón, son frágiles. Un cristal que brilla o se rompe. Una copa que se llena del amor de cuanta gente te rodea y le hace bien a tu vida y que puede vaciarse. Pensamos tantos pasos adelante que se nos escapa el primero de la mañana, el del encuentro con el día, con el sol, el agua, un buen mate. Espero tu familia sea fuerte, que sepa que los cerveceros amigos te amamos por siempre”, añadió Sergio Ezequiel Quispe.
A partir de su cervecería, Diego impulsó acciones solidarias como la colecta para LALCEC filial Posadas o “Una Pinta por un Abrigo”, para merenderos y comedores; obtuvo medallas en la Copa Guaraní de Cervezas y realizó cervezas colaborativas como Oíd Mortales, junto a otras 30 cervecerías del país. En su fábrica además brindó capacitaciones y su local fue punto de encuentros de camaradería.
Sebastián Bravo sostuvo, entre otras cosas, que “Oveja era un gran tipo. De los mejores. Siempre generoso. Fue uno de los constructores del movimiento cervecero artesanal argentino desde Posadas y repartió esa bandera por donde pudo. Ansioso por demás. La combatíamos con viajes cerveceros. Cocciones, festivales, congresos. Hasta que llegó a ser juez de birras. El primero de su provincia. Tenía un orgullo tan grande por eso. Lo sentía como un premio propio en un mundo donde las mezquindades sobran. Este finde íbamos a catar juntos en la Copa Argentina y en agosto en Paraguay, donde tanto nos gusta ir. Más orgullo cuando ganó sus medallas allí. Desbordaba emoción. Pero la ocultaba en su humildad. Nos despertamos en el hotel y le puse las medallas en la almohada como si fuera Messi. Ojalá podamos seguir su rumbo de trabajo y generosidad”.
Ale Müller Lyardet recordó que vino a vivir a Posadas en el verano de 2014 y que en mayo “ya andábamos coordinando juntadas, cocciones y demás. Hace semanas veníamos organizando una cata y siempre dejando ‘para después’…creo que igual estaría buena hacerla en tu memoria. Vos no dejarías algo que te entusiasma sin hacer. Tuve el honor de ver crecer la ovejita desde su primer corral. Nadie que brinde alegría a los que lo rodean (con la birra o la compañía) pasa desapercibido ni será olvidado. Muchas copas serán levantadas en tu memoria”.
Desde Somos Cerveceros despidieron “a un gran apasionado de la cultura cervecera y de su difusión, que fue y seguirá siendo un enorme referente en el Noreste argentino, particularmente en Misiones, sabiéndose ganar el respeto y reconocimiento de sus pares en el ambiente. Con gran orgullo, fue el primer Juez BJCP de su provincia querida”.
En un evento de Selva Adentro, en diciembre de 2017, fue galardonado porque la mejor cerveza artesanal fue una “American IPA” de Oveja, elaborada por él. Además, durante esa jornada el cervecero volvió a ser quien más litros vendió en la feria tal como sucedió en sus previas participaciones.
En varias entrevistas concedidas a PRIMERA EDICIÓN, diario donde se desempeñó como corrector y como analista de sistemas, el esposo de Corina y padre de Abril y María Victoria refirió que comenzó con el emprendimiento en el patio de su casa, sin otro fin que compartir sus creaciones “con amigos y disfrutar el momento”. Con un equipo chico, empezó elaborando 50 litros por mes y a los pocos años distribuía un promedio de cinco mil litros por mes de una cerveza 100% natural, libre de conservantes, respetando los tiempos en todo el proceso y recibiendo capacitación en procesos y materia prima en forma constante.
En 2014 dio los primeros pasos con la comercialización en reuniones familiares y eventos privados, en presentaciones de 20 litros con tres estilos de cerveza para elegir. Para graficar la evolución, dijo que en ese entonces tenía solamente dos choperas que se iban turnando de pedido en pedido. A comienzos de 2015 comenzó con la venta a un par de bares de Posadas, sin imaginar que años más tarde sería distribuidor en más de una decena.
Saldivia fue parte de la Asociación Cerveceros del Litoral y, a fines de 2023, integró la Lista Federal que se impuso en las últimas elecciones de la Asociación Civil Somos Cerveceros para el período 2024-2025. Así, se desempeñó como vocal en “la asociación que mejor representa a los cerveceros caseros, sin importar tamaño, historia, condición, género, ni lugar” donde, además, lo recordaron como cocinero, destilador, informático y asesor de bares y cervecerías.
Primer juez internacional
El productor artesanal Diego Saldivia se convirtió en septiembre de 2020 en el primer juez internacional de cerveza certificado por el Beer Judge Certification Program (BJCP) en Misiones, lo que lo habilitaba para dar su veredicto en concursos oficiales y para orientar a otros fabricantes sobre la evolución de su emprendimiento.
En los años siguientes participó de numerosas competencias como la primera edición de la Copa Cerveceros del Litoral en Resistencia 2023, la Copa Liga del Centro en Córdoba, Surubeer Cup de Entre Ríos y Copa Guaraní de Cervezas, en Paraguay.
Por estos días estaba prevista su presencia en la novena edición de Copa Argentina de Cervezas, que tendría su jornada de premiación el 8 de junio. Además, recibió invitaciones para ser parte del panel de cata en competencias de Chile, Colombia y México.
“En diciembre rendí un escrito por Internet, donde te daban una hora para responder 180 preguntas, y antes de la pandemia, fui a rendir el práctico de degustación. Al examen asistimos con mi amigo chaqueño, Sebastián Bravo, y dos chicos de Paraná”, había contado exultante en esa ocasión, asegurando que en Argentina eran varios jueces internacionales pero que en Misiones “soy el primero que tiene esta certificación, que permite ir a concursos y poder juzgar otras cervezas, siempre para mejorar”.
En sus redes, Diego había compartido las palabras de su amigo “Chirola” García @elgranchirola, que las había hecho propias: “Ser cervecero es mucho más que hacer y tomar cerveza. Es tener pasión por la cerveza y todo lo que eso implica. Es saber que con tu primera cocción empezás un camino de ida. Un camino de aprendizaje que felizmente no tiene final. Un camino en el cual te vas a cruzar con otros locos con tu misma pasión. Ser cervecero es compartir y transmitir los conocimientos, no importa si hacés 10 o 10.000 litros por cocción, siempre podés ayudar y sumar. Ser cervecero es entender que no hay nada que no se pueda decir, que los secretos no suman y que no hay nada más gratificante que ver que tú aporte ayuda al crecimiento del movimiento. Ser cervecero es sentir y emocionarse con una pinta compartida. En fin, ser cervecero es una mezcla de emociones atrapadas entre maltas, lúpulos, levaduras y camaradería”.
En la práctica, este certificado significa que “si hay un concurso por ejemplo en Brasil, Paraguay o acá en Misiones, pueden contar conmigo para que cate la cerveza y te diga si está en estilo o no. Además, cualquiera podría consultarme sobre cómo va yendo su producto. Y a nivel de marca, me posiciona porque lo que hace es asegurar que mi producto mejore también en calidad si yo aplico todo lo que sé. También puedo compartir ese conocimiento y me habilita para dar cursos y capacitaciones certificadas”, enumeró.
Con su muerte quedaron muchos proyectos truncos. En febrero habían pasado doce años de esa primera cocción y estaba feliz. Ahora su obra seguirá latente en su familia y en el equipo que buscará salir adelante con sus enseñanzas y con la calidad de producción que él siempre pregonaba.