El cáncer de páncreas no presenta síntomas en sus primeras etapas, por lo que cuando es detectado ya es demasiado tarde, se expande rápido y tiene un pronóstico desfavorable. El promedio de sobrevida es de 11 a 12 meses, según precisó el médico especialista Diego Royg Jara, del Servicio de Gastroenterología del Hospital Madariaga.
Pero la radiofrecuencia, un nuevo método de tratamiento que comenzó a aplicarse en el país el año pasado y días atrás recibieron los tres primeros pacientes de la provincia (y del NEA) en el Hospital Madariaga permite mejorar la sobrevida y calidad de vida de los pacientes oncológicos con patologías de vía biliar o páncreas.
Según detalló el médico especialista Diego Royg Jara, “es una intervención mínima invasiva que se realiza por métodos endoscópicos y ecoendoscópicos, es decir que no se hacen incisiones quirúrgicas, por lo que tras unas pocas horas de internación luego de la operación quirúrgica el tratamiento es ambulatorio”.
El beneficio inmediato de este tratamiento es la ausencia del dolor porque el paciente deja de sufrirlos tras la intervención. Vale recordar que estas patologías oncológicas se manifiestan en muchos pacientes con elevadas intensidades de dolor.
El otro beneficio, según destacó Royg Jara, “es prolongar la sobrevida de estos pacientes a tres años, y en algunos casos en el mundo ya se habla de hasta cinco años de sobrevida”.
El especialista distinguió la radiofrecuencia de otros tratamientos oncológicos que también buscar prolongar la sobrevida como la quimioterapia o la radioterapia.
Pocos pacientes intervenidos
Por su carácter novedoso, este tratamiento aún no está extendido en el país. De hecho, según precisó el médico, “en el país, se aplicó esta técnica en no más de 30 pacientes y nosotros la hemos desarrollado los primeros tres casos de nuestra provincia y región en el Hospital Madariaga”.
Detalló que el hospital adquirió el equipo para su concreción recientemente, “se llama procesador de radiofrecuencia, genera ondas electromagnéticas que permite necrosar el tumor en distintas áreas donde está la lesión. Y se puede dar al paciente varios tratamientos en la medida que se requiera”, explicó el profesional.
Dependiendo de la técnica, se utiliza una sonda o catéter que se introduce en la vía biliar y por medio de eso se hace la radiofrecuencia.
Y la otra manera es por medio de punciones a través de un catéter o por ecoendoscopía dirigida al tumor para necrosarlo.
Letalidad
El cáncer de páncreas es uno de los tumores malignos más letales. En la Argentina se detectan cerca de 5.000 casos por año y, si bien es la cuarta causa de muerte por neoplasia maligna después del cáncer de pulmón, colorrectal y cáncer de mama, casi todos los casos son mortales.
Por ello, la prevención y la pesquisa temprana en personas de riesgo cobra una notoria relevancia pues, en estadíos tempranos, la posibilidad de extirpación del tumor y curación ronda el 35%. Pero solo un 10% de los pacientes recibe el diagnóstico en este estadio temprano. Una vez que el cáncer se ha expandido, la supervivencia desciende al 12%, mientras que en etapas más avanzadas (cuando el tumor ha hecho metástasis en otros órganos), apenas un 3% tiene alguna posibilidad. Esto se debe, en parte, a que no se presentan síntomas en etapas tempranas y recién aparecen en estadios avanzados, cuando el tumor ya no puede ser extirpado y se ha diseminado desde el páncreas a otras partes del cuerpo.
Horizonte futuro
El cáncer de páncreas puede generar a veces síntomas como dolor abdominal, pérdida de peso, ictericia, cambio de hábito evacuatorio, principio de diabetes, pérdida de apetito, náuseas o indigestión, pero estos signos no suelen ser motivo de consulta al especialista, lo que retrasa el diagnóstico.
Por estas razones, la Sociedad Americana de Cáncer proyectó para 2030 que el cáncer de páncreas se convertirá en la segunda causa de muerte por cáncer, superando al cáncer de colon y solo por debajo del cáncer de pulmón.