Estamos aprendiendo a comer sano, a hacer gimnasia, recomendaciones médicas que escuchamos en todo momento. Pero, ¿qué estamos haciendo con lo que sentimos?
¿Les ha pasado que cuando estamos de vacaciones o felices comemos cualquier cosa y no nos hace mal? Sin embargo, a veces después de comer una ensalada sentimos enojo por algo o nos enteramos de algo triste y se nos hace un nudo en el estómago.
Nuestras emociones son tan importantes como la comida que comemos y el aire que respiramos.
¿Cuántas veces sentiste un nudo en el estómago? ¿Cuántas veces estás apretando los puños, la mandíbula, o con frecuentes contracturas por la tensión?
Con frecuencia solemos experimentar la emoción del enojo y no solo viene reflejada en nuestra mente sino también en forma de tensiones corporales que pueden convertirse, a la larga, en un problema añadido si queda bloqueada en nuestro cuerpo. El miedo a expresarla, el quedarse enganchado a la situación y dejarla inconclusa, quedarse anclado al rencor, pueden ser mecanismos que obstruyen su liberación.
Y esto es tan ¡cierto!
¿Qué nos pasa con nuestras emociones? ¿Por qué las reprimimos tanto?, ¿será porque está mal visto expresarlas?
Cuando reaccionamos por algo que sentimos, seguro alguien nos dice: “no te enojes”, si estamos tristes: “no llores, no vale la pena”, “no tengas miedo”. Todo el tiempo pretendemos ser robots y nos olvidamos que sentir es parte de nuestra salud y autocuidado.
Saben que cuando uno se anima a sentir y expresar, se genera alivio en nuestro comportamiento, comenzamos a ser un poco más nosotros y dejamos de estar pendientes de una de las tantas máscaras que solemos tener para parecer perfectos. Nuestro cuerpo se relaja.
Es necesario comprender que las emociones son parte de nuestra vida, que no está mal enojarse, estar tristes, tener miedo o sentir vergüenza. Todo es parte nuestra, son EMOCIONES, y todos las sentimos, el tema es ¿qué hacemos con ellas?, ¿las tapamos y enfermamos, o las sentimos y aprendemos a gestionarlas?
La autobservación puede ser el primer paso para conocer nuestras emociones, y podemos empezar ¡ahora! ¡Solo mirándonos! Preguntándonos: “¿Cómo siento mi cuerpo hoy?, ¿registro lo que me enoja? o ¿lo tapo? ¿Me animo a darme tiempo de silencio para conectar con mi cuerpo?
Hoy anímate a parar un rato, sentir tu cuerpo y dejar que él te pueda hablar, escúchalo y respétalo.
Bendiciones.
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
Whatsapp: 3764-414872