El poder de la intención es como el viento fuerte que lleva nuestro barco a buen puerto.
Muchas son las fuerzas que a veces nos empujan tironeando de distintos lados: lo que se supone que esperan de nosotros, los resultados que deberíamos estar consiguiendo, el querer ser reconocido, etc.
Podríamos seguir enumerando, pero solo son vientos en distintas direcciones que no nos conducen a ningún buen lugar.
El poder de la intención no está en el afuera, sino que nace desde adentro, conectado a nuestro ser y guiado por el amor supremo.
Desde ese lugar, lo que sea que hagamos tendrá éxito, porque estamos irradiando una energía poderosa, que es la energía del amor, y al mismo tiempo, estamos desapegados del resultado.
No se trata de nosotros, de nuestro ego, ni de nuestro reconocimiento, solo es aportar valor, y al hacerlo, el reconocimiento llega sin ser esperado.
El poder de la intención se manifiesta en todos los ámbitos, también en el de nuestras finanzas.
Usando el poder de la intención, si ahorramos para momentos agradables, como un viaje en familia, o comprarnos la casa o lo que nos encienda el corazón, ese poder de la intención, atrae esos momentos que estamos soñando.
Preguntarnos antes de emprender algo ¿Qué es lo que nos está impulsado? Nos permitirá saber si el camino es elegido desde el amor o desde el ego.
El ego, el ser reconocido, muchas veces se disfraza de la intención de ayudar; y nada que venga de él ego, es dar verdaderamente.
Por ello, es una buena práctica incorporar antes de iniciar algo nuevo, conectarnos con nuestro poder interior y preguntarnos con total sinceridad ¿Cuál es nuestra intención?
Y solo hacerlo cuando nuestra intención sea: el amor, la alegría y aportar valor.
Cuando tomamos conciencia de cual es nuestra intención, y actuamos solo cuando es aportar valor, empezamos a crear una vida mejor.
Como afirmaba Wayne Dyer: “Nuestra intención, crea nuestra realidad”.
Natalia Moyano
Contadora con corazón de escritora
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