Otra mañana de tensión se vivió ayer en el Instituto Santa María de Posadas cuando Tomás, el adolescente que estaba al volante del Peugeot 207 que protagonizó la “tragedia de la costanera”, retornó a la escuela en forma presencial.
Según contó PRIMERA EDICIÓN, el lunes pasado Tomás volvió al colegio y no llegó a ingresar al aula cuando comenzaron los problemas porque sus compañeros se niegan a recibirlo. Vale destacar que, en ese mismo curso, asistían también los dos adolescentes fallecidos en el accidente (Luca Ceballos y Juan Cruz Martínez) y también los otros dos que sobrevivieron, uno de ellos, Máximo Feidmann, fue dado de alta luego de una prolongada internación por las innumerables fracturas y lesiones sufridas aquel fatídico 11 de abril.
En protesta por el regreso de Tomás, los alumnos del quinto año A no asistieron a clases el martes y el miércoles hubo jornada de Proyecto Educativo Institucional (PEI).
¿Qué ocurrió ayer? Los alumnos del último año de la secundaria asistieron a clases, incluido Tomás, y el malestar y tensión llegaron a niveles muy altos. Durante la primera hora de la jornada escolar, los alumnos de esa división se negaron a ingresar al curso y decidieron quedar en el patio del colegio. Luego, uno de los adolescentes debió ser retirado por sus padres porque amenazaba con golpear a Tomás.
Después de ese hecho, las autoridades de la institución decidieron separar a los adolescentes en forma preventiva: Tomás quedó solo en el aula del quinto año A mientras que sus compañeros fueron todos llevados a la sala de profesores.
Extraña jornada
Dada la situación, ninguno de los alumnos del quinto año A del Santa María tuvo clases ayer. Era impensado que los docentes pudieran enseñarles algo en las condiciones emocionales en que se encontraban.
Incluso se debió intercambiar los horarios de los recreos para que Tomás no tuviera posibilidades de cruzarse con sus compañeros.
Según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, los padres elevarán actas de todo lo ocurrido al Servicio Provincial de Educación Privada (SPEPM) para reiterar al organismo rector de la educación del sector privado que arbitre los medios para garantizar la continuidad escolar de Tomás, pero sin olvidar el bienestar emocional de todos los adolescentes que asisten a ese curso. Y lo más importante, los padres temen que la actual situación en la que hay adolescentes en pleno proceso de duelo -con dolor y enojo de por medio- decante en hechos de agresión que compliquen más.
Paradójicamente, pese a la compleja situación vivida ayer en la institución educativa, no hubo intervención ni presencia del equipo psicotécnico.
Duelo con el otro
En tanto, el director ejecutivo del Servicio Provincial de Educación Privada, Luis Alberto Bogado, reflexionó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN sobre la situación y consideró que, “por su complejidad es muy difícil ser taxativo, ponernos en jueces y decidir qué está bien o mal. Nosotros tenemos que garantizar que este adolescente siga dentro de la institución y termine el secundario. Por supuesto es responsabilidad de la escuela también la integridad física de todos los alumnos”.
Consultado sobre la posibilidad que Tomás termine el secundario en modo virtual, Bogado indicó que esa decisión le corresponde a su familia porque, en lo técnico, el alumno ya cumplió con los requisitos solicitados para el regreso a modo presencial: el alta médica y psicológica.
El director del SPEPM reflexionó además sobre el proceso de duelo que atraviesan estos adolescentes y señaló la importancia de habilitar la instancia del encuentro “el duelo es un proceso que hay que hacer en forma interna pero también en forma externa, con sus compañeros. Estos chicos están en una etapa muy especial, en la que hay que acompañarlos”.
Por eso, es difícil entender la ausencia del equipo psicotécnico en estos momentos clave.