Los procedimientos de búsqueda de restos en torno a la muerte del colono José Airton de Olivera en su chacra del paraje Unión o 130 de Piñalito Norte, registrado el fin de semana pasado, permitieron durante las últimas horas hallar un pedazo de mandíbula humana que, se presume, sería de la víctima mencionada y que será analizada por peritos forenses para determinar cómo fue partida y si corresponde al mencionado trabajador rural.
La mandíbula partida fue descubierta el viernes y fue el último avance de los investigadores y efectivos policiales en la zona en el intento por esclarecer lo sucedido.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, hasta el momento no fue descartado que el deceso de José de Olivera (52) se produjo por el ataque de un animal o varios que lo desmembraron.
De todas maneras, la hipótesis continúa basada en un homicidio y descuartizamiento del cuerpo con machete o un elemento similar que desprendió la cabeza, tronco y brazos de la víctima y los esparció (o descartó) por varios sitios de monte y vegetación de diversa altura y densidad.
Se hallaron huesos rotos con restos de piel y carne que podrían coincidir como parte de un cuerpo humano.
Lo único hallado fue el tramo de la cintura a los pies, aunque en muslos y pantorrillas se marcaron desgarros que no se descartan como mordidas de animales.
La policía continúa la investigación por “homicidio” y tomó contacto y declaraciones con vecinos y familiares de José de Olivera. Principalmente, fueron ubicados tres peones, jóvenes de 26, 23 y 20 años, que el colono había contratado para diferentes labores la semana previa a su muerte.
Se trata de residentes en un paraje cercano de San Antonio quienes declararon en sede policial pero con coartadas sólidas que les permitieron, hasta el momento, no ser demorados o detenidos supeditados a la instrucción de la causa que encabeza el juez de Puerto Iguazú, Martín Brites.
Los investigadores se comunicaron además, con un vecino de 30 años con el que supuestamente De Olivera mantuvo varios altercados por los límites de sus tierras o propiedades.
De acuerdo a fuentes puntuales en contacto con este Diario, tampoco ofreció información relevante que pudiera apuntar a una sospecha y autoría.
En cuanto a las labores de laboratorio que se estiman clave para avanzar las averiguaciones sobre un homicidio en este caso, se aguardan los análisis a un machete (foto) que podrían detectar manchas de sangre humana en su hoja y mango pero además obtener un patrón genético para comparar si corresponde a De Olivera.
Voces de investigadores remarcaron que la ausencia de cráneo y tórax, basan la investigación en un caso de homicidio. Estiman que para complicar la identificación del cadáver, el o los victimarios arrojaron lejos del paraje Unión, enterraron o quemaron estas partes.